Las herramientas de los ladrones especializados en desvalijar tiendas para luego revender los productos en el mercado negro han experimentado un notable progreso tecnológico en los últimos años, de los toscos ganchos para eliminar las alarmas hasta los inhibidores de frecuencia para esquivar los arcos detectores, pasando por los imanes y otros aparatos para retirar los chivatos de las prendas y productos. En los últimos meses, los agentes del Grupo de Hurtos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón han detectado además la presencia de llaves maestras, utilizadas para abrir las vitrinas, que hasta ahora parecían el lugar más seguro.

Los agentes decomisaron varias de estas llaves en una reciente detención, relacionada con un robo en un centro comercial, cuyos responsables no se explicaban cómo les habían robado todos los teléfonos móviles de un expositor, sin romper el cristal y sin activar ninguna alarma. La respuesta llegó con el arresto de los presuntos responsables, al encontrarles estas llaves encima.

JOYERÍA / Pero lo que parecía una técnica poco convencional podría no serlo tanto, ya que los investigadores tienen fundadas sospechas de que estas llaves fueron usadas también en el robo de una joyería zaragozana, en la que en cuestión de segundos los delincuentes vaciaron un expositor con cadenas de oro, por un valor de 20.000 euros. La banda, radicada en Cataluña, está identificada y de hecho alguno de sus componentes ya ha sido arrestado por los Mossos d’Esquadra.

Al Grupo de Hurtos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón no le falta trabajo en Zaragoza. De hecho, aunque en principio no esté relacionado con ello, hace poco pasó de ser subgrupo a grupo, con más peso en el organigrama, y ha incorporado un inspector a sus filas. Lamentablemente para ellos, esto no tiene por qué conllevar (ni lo ha hecho) un refuerzo de efectivos.

Los que tienen se las ingenian para realizar algunas grandes operaciones (como la reciente XXL, con el arresto de un grupo dedicado a sustraer ropa de camiones de Inditex) y mantener a raya a los carteristas en la ciudad donde, afirman, ya solo se detectan periódicamente grupos itinerantes de Madrid o Barcelona.

Como reflejaba un eslogan publicitario municipal hace pocos años, Zaragoza es ciudad de compras, y la proliferación de grandes superficies comerciales ha ido acompañada de la llegada de cada vez más bandas organizadas. Por ello se puso en marcha el Proyecto Red Azul, como en su día informó este diario, para aumentar el flujo de información entre la Policía y los responsables de seguridad de estos centros.

TRES DETENIDOS / Ayer mismo, de hecho, la Policía informaba del arresto de tres hombres llegados desde Madrid que lograron hacerse con material electrónico por valor de 6.700 euros en un centro comercial. Utilizaban pelucas, gorras y gafas para camuflarse, y también walkie-talkies para comunicarse, y eludían los arcos de seguridad con bolsillos preparados con papel de aluminio en el forro.

Además de los grandes comercios, los esfuerzos del grupo se centran últimamente en la reventa de objetos y joyas robados en tiendas de segunda mano y casas de empeños. Los comercios tienen obligación de comunicar las transacciones y la identidad del vendedor a la Policía, y el cumplimiento de esta norma está propiciando «bastantes arrestos» -la política actual de Interior impide dar datos exactos- por receptación; si no se puede imputar el robo en sí, por lo menos sí ha habido un delito de recibir (y revender) la mercancía robada.

Otras técnicas detectadas últimamente han sido el hurto mágico, en el que los timadores compran un objeto de poco valor con un billete grande, y a base de cambios y de mover el dinero acaban por llevarse más dinero del pagado, con gran habilidad.

Y continúan en boga los cogoteros, que siguen a los pensionistas al sacar el dinero del banco para hurtarles sus ahorros. Ante esto, los agentes recomiendan no ir siempre en las mismas fechas (principios o final de mes) y dividir la extracción en varias.