La Policía Nacional ha dado un giro inesperado a la investigación sobre el ataque de pitbull que sufrió una mujer de 39 años, Mitrica Rubina, el pasado viernes por la tarde en el barrio Jesús de Zaragoza: los agentes han concluído que el perro es suyo.

Ayer, el hijo de la víctima --que ya está dada de alta-- negó la propiedad, y explicó a este diario que ya han contactado con un abogado para denunciar los hechos.

Fuentes policiales confirmaron que, según han determinado, el perro es de la familia. Por ello dan el caso prácticamente por cerrado, ya que las posibles responsabilidades que afrontarían por tener un perro sin chip de identificación o sin el registro como peligroso (el del Ayuntamiento de Zaragoza cuenta con casi 900 animales) serían de tipo administrativo. Aunque, aclararon las mismas fuentes, aún investigan de dónde sacaron al animal.

Pese a la información policial, el hijo menor de edad de la víctima, J., negaba ayer a este diario la posibilidad. "No tenemos perro, a mí no me gustan los perros. Además si el perro fuera nuestro no le hubiera hecho eso a mi madre", razonaba. Él, afirmó, también lo vio por el barrio un par de días antes del ataque, "pero no hacía nada".

La mujer fue dada de alta ayer, confirmaron fuentes del Salud, tras haberse recuperado de la operación plástica que se le practicó en la cara. Según explicaba su hijo, le han reconstruido desde la nariz a la mandíbula, apenas puede comer y respira mal. "Le quedarán cicatrices grandes", explicaba.

El joven corrigió un poco la versión del ataque, ya que según explicó, cuando la mujer estaba yendo a visitar a la familia de Cornel Corp, el perro primero le mordió en la cara, y al levantarse le atacó también en el estómago y la mano, que según explicaba su hijo le llegó a atravesar de parte a parte. La mujer se refugió en la casa a la que se dirigía, y sus amigos y otros testigos llamaron a la Policía y al 061.

Mientras, el perro suelto atacó a una segunda viandante, a la que mordió en los glúteos y el brazo aunque de forma leve. Los empleados del Centro de Protección Animal de Peñaflor pudieron echarle el lazo y lo trasladaron al recinto, donde sigue.

Según fuentes municipales, el can no presentaba signos de maltrato ni desnutrición. Recordaron que para tener este tipo de animales hay que registrarse según el procedimiento que figura en la web municipal.