Dos agentes de la Policía actuaron ayer de ángeles custodios de una vecina de Zaragoza. Salvaron la vida de una mujer que estaba a punto de caer desde la cornisa de un edificio.

Sobre las 12.30 horas una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía recibía el aviso de la sala del 091 de que una mujer quería quitarse la vida desde lo alto de un bloque de viviendas situado en el paseo Sagasta de la capital aragonesa. El portero de la comunidad de vecinos, que fue la persona que dio el aviso, les estaba esperando en el portal para ayudarles.

Entraron en el inmueble y fueron hasta la azotea por la misma puerta que había utilizado esta mujer para acceder al lugar desde el que se quería quitar la vida. De forma tranquila se acercaron hasta ella, mientras le hablaban y los policías le pedían que se calmase. Le preguntaban por qué estaba ahí, mientras le tendían la mano.

Jugándose la vida, fueron acercándose hacia la vecina, si bien ella de forma súbita retrocedió hacia el muro. Ante ello, los agentes decidieron mantener una conversación con la mujer para mostrarle cercanía. En un momento dado, la mujer se llevó las manos a la cara, mientras lloraba; hecho que fue aprovechado por la Policía para abalanzarse sobre ella, agarrarla por uno de sus brazos y apartarla de la cornisa.

Hace unas semanas otros agentes también evitaron que un menor de edad, de 17 años, perdiera la vida, después de amenazar con unos cuchillos a su madre. Quería tirarse desde la ventana de su casa, en Delicias.

En aquella ocasión, cuando el menor comenzó a llorar y a impulsarse en la ventana, uno de los agentes se lanzó hasta el chico logrando alcanzarle. Como consecuencia, el agente quedó con medio cuerpo fuera de la ventana.

De forma casi inmediata, el resto de policías cogieron a ambos y los entraron dentro de la habitación. Ante la fuerza empleada para salvar la vida del menor, varios de ellos resultaron heridos.