La Policía Nacional ya está tras la pista del autor o autores de una nueva quema de contenedores en el barrio de Torrero. En esta ocasión tuvo lugar sobre la 1.30 horas de ayer a la altura del número 36 de la calle Granada. El fuego redujo a cenizas cuatro depósitos, afectando a la fachada y a una moto que estaba estacionada en las proximidades. Los investigadores solicitan colaboración ciudadana.

Aunque todo quedó en un susto, los vecinos del inmueble afectado y de otros de la calle reconocieron «haber pasado una mala noche, puesto que en un primer momento no podían ni salir del portal». Los contenedores estaban situados frente a la salida del edificio. El desalojo se produjo, finalmente, por un párking que hay al aire libre. Allí estuvieron durante dos horas, mientras los Bomberos de Zaragoza extrajeron el denso humo que se introdujo en el edificio.

También destacaron una cuestión que se repite siempre cuando llega el buen tiempo y es el miedo a las consecuencias de inhalar el humo negro «ahora que llega el verano y se duerme con la ventana abierta». De hecho, el calor desprendido reventó los cristales y deshizo las persianas de los pisos más bajos. «Pudo haber una desgracia», señaló el presidente de la Asociación de Vecinos Montes de Torrero, Joaquín Salvador, quien pidió al consistorio que tome medidas al respecto. Recordó que hace un mes volvió a producir un acto vandálico similar en la calle Oviedo. En aquella ocasión, fue la propia sede de este colectivo una de las afectadas por las llamas que provocaron importantes daños en el exterior del local.

BARRIOS

En los mismos términos se refirió La Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ) pidió ayer al ayuntamiento la adopción de medidas eficaces para evitar la quema de contenedores que de forma repetida se producen en distintas zonas de la ciudad. A las afecciones a viviendas aledañas y a vehículos estacionados junto a los contenedores podrían sumarse desgracias personales, según la FABZ, que señaló que esta situación ya ha sido objeto de protestas vecinales, como las convocadas por la asociación vecinal de Arrabal el pasado mes de diciembre exigiendo que se tomen medidas tanto de vigilancia para prevenirlos como para evitar sus consecuencias. Recordaron desde este colectivo que el pleno municipal de febrero aprobó la creación de una Comisión que abordara este problema, sin que hasta la fecha se haya noticia sobre la misma.

El Código Penal castiga con un máximo de 3 años de prisión el delito de daños, si bien la pena puede ser superior si el juzgador considera que el bien afectado es público.