La Unidad de Apoyo Operativo (UAPO) de la Policía Local de Zaragoza ya no prestará servicio en el control del rastro de Zaragoza, ubicado en el párking sur de la Expo. La decisión fue comunicada por orden interna de los mandos (un mecanismo que permite no dejar constancia de quién emite la orden, ni registrarla) del citado grupo y de la Unidad de Protección Ambiental y Consumo (UPAC), que pasará a asumir en solitario esta tarea.

La decisión, según fuentes del cuerpo, ha causado malestar por varios motivos, sobre todo en los integrantes del segundo colectivo. Forma parte, piensan, de una estrategia municipal de mantener en un perfil bajo a la UAPO para evitar conflictos con la mala imagen que se le ha dado, "de la misma forma que ya no se les permite entrar en La Magdalena", explicaron. Pero además va en detrimento de su trabajo y del servicio en general.

En primer lugar, afirman, porque ante la retirada de efectivos se requerirán voluntarios para prestar este servicio, lo que genera una remuneración extra. Además, deberán controlar a los vendedores sin licencia --que actualmente es su principal tarea en la vigilancia del rastro-- sin ayuda de la unidad específica pensada para este tipo de apoyos, en posibles conflictos. Cabe recordar que este año se produjo el apuñalamiento de un vendedor ilegal.

SIN CONTROL DE BARES

Además, explican, la orden impedirá que la UPAC desarrolle, al centrarse en el rastro, otras tareas que tenían habitualmente asumidas los domingos por la mañana. Fundamentalmente, controlar horarios de cierre de establecimientos (after hours, fundamentalmente) y control del ruido. La vigilancia de los establecimientos de ocio, que ejercen de paisano, es una de sus tareas.

Los agentes de la unidad, según las fuentes consultadas, entienden la medida como un nuevo ataque a su trabajo y competencias, aunque sea por detalles como tener que prestarlo (parte de ellos) de uniforme, cuando su trabajo habitual se desarrolla mejor de paisano. En los últimos años han vivido bajo la amenaza constante de la desaparición de la unidad, que al parecer no es vista con buenos ojos por los superiores.