Agentes de la Policía Nacional ha desarticulado un peligroso clan familiar asentado en Zaragoza, conocido como "los laneros" al que se le incautaron 2.148 plantas de marihuana que en el mercado negro hubiesen alcanzado un valor de unos 4,3 millones de euros.

Funcionarios de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) detuvieron el pasado martes 24 de marzo a cuatro individuos, cuyas iniciales son J.A.I., P.A.V., J.A.M. y J.E.S., en el transcurso de la operación Artidea.

El clan, que ya ha pasado a disposición judicial, estaba formado por un padre y su hijo, un primo y un tercer individuo y operaba en una nave industrial ubicada en la localidad zaragozana de Cadrete en la que se habían habilitado dos salas de unos 100 metros cuadrados cada una.

Ambas salas, cuyas obras de reforma estima la Policía Nacional en unos 100.000 euros, estaban equipadas con lámparas de calor, extractores de aire, ozonizadores, riego por goteo, ventiladores y aire acondicionado, bombas para regular la humedad y calor y otros mecanismos automatizados para el control de las plantas.

Con la preparación que había en estas instalaciones, en las que la luz la captaban de la red general con "sofisticados enganches clandestinos y piratas", se calcula que podían realizar entre tres y cuatro producciones al año y en esta operación se ha aprehendido la mitad de una producción.

El comisario regional de la Policía Judicial, Miguel Palomo, ha destacado en su comparecencia para explicar la operación su importancia tanto por la alta peligrosidad de los detenidos, que entre los cuatro superan las cuarenta detenciones, como porque "supone retirar una gran cantidad de droga en circulación".

Además, ha destacado que a los cuatro detenidos se les imputan los cargos de tráfico de sustancias estupefacientes y delito contra la salud pública, y al padre e hijo también se les atribuyen los delitos de atentado al Agente de la Autoridad y contra la seguridad del tráfico.

Asimismo ha señalado que la operación todavía no está cerrada y que la distribución de la droga se realizaba fundamentalmente en Aragón.

Los hechos que se les imputan al padre y al hijo acontecieron en la antigua carretera entre Cadrete y Cuarte de Huerva cuando intentaron con una furgoneta echar fuera de la carretera a dos agentes policiales fuera de servicio que practicaban ciclismo.

Posteriormente frenaron la furgoneta bruscamente delante de los ciclistas y bajaron del vehículo con un objeto contundente amenazando a las dos personas que, ante esa actitud violenta, se identificaron como funcionarios de la Policía Nacional, lo que provocó un aumento de su actitud agresiva amenazándoles con golpearles mientras abandonaban el lugar.