La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional ya está examinando las grabaciones de seguridad de los comercios próximos a la joyería Aresso que fue desvalijada el lunes. Una labor que, según fuentes consultadas, va a ser complicada por la de horas de grabación que deberán visualizar y seleccionar de cara a poder determinar quién o quiénes fueron los autores de esta considerable sustracción de oro.

Y es que los investigadores no solo examinarán a las personas que accedieron al edificio situado en el número 16 de la calle Alfonso I, sino que también tendrán que rastrear si, como todo apunta, hubo vigilancias previas para escoger el comercio que iban a robar y hasta el piso en el que hacer el butrón que, en este caso, fue la inmobiliaria Zaragoza Real.

La hipótesis inicial apunta a que el robo se produjo a primera hora de la mañana, momento en el que picaron el hormigón del suelo de la oficina, situada en un primer piso. Si estas labores las hubieran realizado durante la noche, los vecinos podrían haber sospechado. Como actuaron a plena luz del día, no dudaron en empapelar las ventanas de la oficina para evitar que desde la calle se les viera realizar el butrón. No obstante, tuvieron que abandonar el lugar rápidamente, ya que los sensores de movimiento saltaron, a pesar de que utilizaron un sistema de pinzas con los que no tener que entrar en la tienda. Se llegaron a dejar las herramientas que utilizaron.