Cuando el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, salió al balcón del Ayuntamiento de Zaragoza el día de su toma de posesión se vio como un detalle casi histórico de cercanía al ciudadano. Pero la colocación de las banderas en señal de apoyo al pueblo griego, el pasado lunes, y al saharaui ayer, empiezan a generar división de opiniones entre quienes se encuentran con ellas al pasar por la plaza del Pilar. Por una razón: ¿acaso el balcón de la casa consistorial va a ser una pieza clave para lanzar mensajes al pueblo? No sería algo original de Zaragoza en Común, otros ya lo han usado antes. Ni tampoco propio, creen los más críticos, porque esos otros gobiernos, al parecer, nada tienen que ver con lo que ellos pretenden ser.

Es la "política de gestos" que se ha asomado al balcón consistorial (así se refieren a esos gestos en la casa consistorial). Primero con la bandera de Grecia, de la que todos los grupos municipales se dieron cuenta al verla desde la calle o en los medios, nadie lo consultó con ellos. Ayer mismo, la del pueblo saharaui, aprovechando la visita al consistorio de los 129 niños que pasarán el verano en la ciudad en el programa Vaciones en Paz. Una causa que nadie discute en el fondo, ni su bandera, pero sí levanta ampollas colgarla de la fachada sin avisar a nadie. Un consenso que, por ejemplo, se alcanza para todos los lazos de luto o de apoyo que han colgado históricamente de esa misma fachada. "¿Ya somos independientes?", preguntaba una niña ayer. "En Zaragoza sí", le respondía un responsable del programa.

Es un sentimiento generalizado en el consistorio, no hacía falta improvisar. Y preocupa pensar si estas son las otras formas de un Gobierno municipal o, peor aún, dónde está su límite. ¿Qué bandera ondeará hoy? ¿Es valentía o un mal uso? Nadie quiere que la fachada de la institución sea el tablón de anuncios de ZeC, ni el edificio su sede, ni su balcón el altavoz.

Eso se respira en las redes sociales. Pasado el efecto sorpresa del primer día, empieza la reflexión. Como también la hay sobre el uso de las dependencias. Ayer mismo se prestó el Salón de Recepciones del ayuntamiento para que la Red de Agua Pública de Aragón celebrara una asamblea. Una causa muy legítima la de este colectivo y compartida por más partidos que ZeC.

Pero los partidos políticos se preguntan, aunque no todos lo digan públicamente, cuál es el criterio, si podrá pedir lo mismo cualquier asociación o si hay que ser afín a unas ideas, las suyas. Esto aún no está en la red.

El debate sobre las banderas sí. Pros y contras de una decisión controvertida. Ayer, la pregunta a los lectores de EL PERIÓDICO recibió más de 700 respuestas. Otros se lo dicen en su Twitter. "Qué mal me parecen todas las banderitas ahí puestas. Miráis más por lo de fuera que por lo nuestro", les apuntaba Jorge Lopo ayer. "Cualquier día nos ponen la de los piratas o la de la asociación del castor", les ponía Ana I. Miñana. "¿Y eso por qué?" les preguntaba un colectivo local como es Acera Peatonal. "Tened más respeto por la ciudad, no es vuestro cortijo", le apuntaba José Manuel. Otros apuntaban el "orgullo" por ese gesto de apoyo. Y eso solo los que aparecen en su perfil.