Debe ser algo de la vieja política eso de que la palabra dada sirva de algo o que la junta de portavoces sea un órgano respetable donde los acuerdos se blindan y las convocatorias se hacen por escrito oficial. La nueva política ha traído un grupo de Whatsapp (sin foto, para los curiosos) en el que los cinco portavoces se comunican todo. Y luego igual le sirve a la oposición para convertir en promesa una conversación informal que al Gobierno para citarla en un despacho. Ayer todos evidenciaron que este canal tampoco les sirve para entenderse, pese a ser un servicio de 24 horas.

Al revés, fue una herramienta clave para probar cada uno su verdad. El socialista Carlos Pérez Anadón exhibía un mensaje de Pablo Muñoz (ZeC) de las 9.13 horas convocándoles a las 10.00 en su despacho. A continuación, el edil de ZeC lamentaba que la oposición también había decidido hacer caso omiso a esta convocatoria, como con el pleno ordinario que acababa de suspenderse por segunda vez. Imposible contener la risa. Pero echó mano también de ese grupo para probar que el lunes les convocó para «después del pleno».

La confidencialidad está devaluada. La oposición puso en boca de la asesoría jurídica la afirmación de que ZeC no había entregado el expediente sobre el que debería informar. Y el Gobierno respondió repartiendo un correo privado del día 20 probando que sí. Se eleva el nivel del show.