El PP y el PAR certificaron ayer con sus votos la defunción de dos de las lenguas de la comunidad autónoma, el aragonés y el catalán, al aprobar en las Cortes de Aragón la Ley de Uso, Protección, Promoción de las Lenguas y Modalidades Lingüísticas Propias. A partir de ahora se niega la existencia de otros idiomas distintos al castellano y solo admite una zona en la que se habla "lengua aragonesa propia del Aragón pirenaico y prepirenaico" y otra en la que se habla la "lengua aragonesa propia del aragonés oriental". Estas definiciones han sido caricaturizadas en los últimos días en diversos medios y en las redes sociales hasta el punto de que estas neolenguas se han bautizado como lapapyp y lapao.

La ley aprobada ayer, derogatoria de la vigente que sí reconocía la realidad trilingüe aragonesa y los derechos lingüísticos de los 100.000 aragoneses que hablan el catalán y el aragonés, fue definida por el PSOE, CHA e IU como un auténtico "ridículo histórico", un giro más en los recortes emprendidos por el Gobierno aragonés, "un retroceso histórico" y un texto que para la comunidad científica internacional es un "escándalo". El revuelo alcanzado por la aprobación de esta insólita ley volvió ayer a ser tendencia en twitter y saltó a las portadas de la prensa estatal.

Todas las enmiendas de la oposición, que incluían la devolución de la ley, fueron rechazadas por los dos partidos que apoyan al Gobierno. Estos se felicitaron por la aprobación de un texto que "satisface la voluntad de los aragoneses", rechaza las "imposiciones externas" y, según la diputada del PP, María José Ferrando, se fundamenta en un argumento tan palmario como el del "sentido común y la coherencia".

Poco les ha importado al PP y al PAR que la nueva ley vulnere la Constitución Española, el Estatuto de Autonomía, la Ley de Patrimonio Cultural de Aragón (aprobada por el PP en 1999 y que sí admite el aragonés y el catalán) o las cartas de la Unión Europea que protegen las lenguas minoritarias. Su único acicate para derogar la ley vigente y suprimir los derechos lingüísticos del 7% de la población aragonesa ha sido las presiones de varios grupos que presumen de hablar chapurriau y su deriva anticatalana.

NO ANTICATALANISTAS Así lo reconoció implícitamente la diputada del PAR, María Herrero, en su defensa del nuevo marco legal: "No somos anticatalanistas, somos aragonesistas y tenemos amor a la tierra. No se trata de imponer nada, solo pedir el mismo respeto desde fuera y desde dentro". En su argumentario, admitió que el aragonés es una víctima que "paga el pato" en la nueva legislación por culpa del catalán de Aragón, que ha sido el principal motivo para que ambos partidos incluyeran la derogación en su alianza de Gobierno.

Ferrando apeló al populismo y a unos criterios economicistas que ella misma ha cuantificado en 39 millones de euros si se admitiera el derecho de los aragoneses en cualquiera de sus lenguas. Así lo cifró, basándose en lo que costaría la traducción de textos, los intérpretes, la rotulación y la señalética o las plazas exclusivas en oposiciones. Ferrando se erigió en la salvaguarda protectora frente a ERC y aseguró que quien defiende el aragonés y el catalán defiende dos lenguas que los habitantes de esas zonas "ni reconocen ni sienten suyas".

La oposición, por su parte, lamentó la actitud de ambos partidos en una jornada que calificaron de "muy triste" para Aragón. La diputada socialista Mayte Pérez, condenó el "ridículo absoluto" y la falta de "rigor" de ambos partidos, "presos de prejuicios y complejos". Una ley, dijo, que aprueba "la agonía y la anorexia de estas lenguas".

La diputada del PSOE aseguró asistir "atónita al espectáculo" y censuró que la diputada popular cifrara el coste de las enmiendas de la oposición cuando "la incompetencia del consejero de Obras Públicas en Plaza" le ha costado a los aragoneses más de 20 millones de euros.

Adolfo Barrena, de IU, acusó a los partidos que apoyan al Gobierno de volver "al sistema autoritario", recortar "más derechos y libertades" y condenar "a la clandestinidad" a dos lenguas que han pasado "de ser minoritarias a minorizadas", propio de épocas antidemocráticas como pasó en Aragón "con la llegada de los Borbones, Primo de Rivera o Franco".

LA POSICIÓN DE CHA Nieves Ibeas, portavoz de CHA, defendió la posición de su grupo hablando las tres lenguas -entre detractores de su discurso y partidarios en una tribuna de invitados más llena que en ocasiones anteriores-acusó al Gobierno de dejar morir el aragonés, faltar el respeto a los hablantes de catalán en Aragón y atentar contra los criterios lingüísticos. "Se puede amar Aragón en castellano, aragonés o catalán", señaló Ibeas.

Esta ley, no obstante, nace con el mismo escaso vigor que tenía la que estaba vigente hasta ayer, ya que si se produjera un nuevo cambio de gobierno, podría correr la misma suerte que la anterior: la derogación.