La Agencia Española de Protección de Datos acaba de apercibir al Arzobispado de Zaragoza por vulnerar la intimidad de la exnotaria del Tribunal Interdiocesano de Primera Instancia, María del Carmen Amador, al filtrar datos confidenciales a terceras personas.

En concreto, el prelado zaragozano comunicó a un feligrés, por carta certificada y con acuse de recibo, que el arzobispo, Vicente Jiménez, «había denegado de manera cautelar su demanda de nulidad matrimonial basándose en que la empleada, que defendía su postura en el pleito, tiene abierto un proceso penal en la vía canónica y una querella criminal presentada ante el juzgado». La denunciante, María del Carmen Amador, señaló que «ni siquiera sabía que habían interpuesto una querella criminal contra ella, siendo su cliente quien se lo dijo ya que recibió la carta antes que ella». «Hacer publica esa información, sin su consentimiento, perjudica su intimidad y sus derechos fundamentales y libertades públicas», señaló Amador, a quien ahora le da la razón Protección de Datos.

La agencia tipifica esa conducta como una infracción de carácter grave por «vulneración del deber de guardar secreto acerca del tratamiento de los datos de carácter personal».

No obstante, el organismo señala que la entidad denunciada no ha sido sancionada o apercibida por este organismo en ninguna ocasión anterior y, por lo tanto, no le impone ninguna multa que podría ser de hasta 300.000 euros como máximo.

Con esta resolución se pone fin a la vía administrativa, si bien puede ser recurrida ante la Audiencia Nacional.