El presidente de Aragón, Javier Lambán, había esperado la visita de Mariano Rajoy a Aragón, con motivo de la inauguración del embalse de San Salvador, con gran interés.

Hace unos días comunicó su deseo de aprovecha el primer encuentro con el jefe del Gobierno central para exponerle, en la medida en que lo permitiera el tiempo y el lugar, los asuntos que preocupan a la comunidad aragonesa, desde los bienes de la Franja a la atención sanitaria en Lérida, pasando por el cierre del cuartel Sancho Ramírez y la financiación autonómica.

Lo malo fue que Rajoy no hizo acuse de recibo, se mostró impasible y solo pareció haber oído lo referente al modelo de financiación, que se mostró de acuerdo en modificar a partir del primer semestre del 2016.

El presidente de Aragón calificó el sistema de financiación de "injusto, insolidario y clamorosamente insuficiente" y afirmó que es imposible cumplir con el objetivo de déficit "so pena de dejar de pagar las nóminas de los maestros y de los médicos".

"Es imposible erradicar la pobreza en la que viven miles de familias aragonesas y reconstruir los servicios públicos y acompañar el esfuerzo de innovación de los empresarios y agricultores", aseguró el presidente autonómico.

Rajoy respondió que comparte el punto de vista de Lambán sobre la financiación autonómica, dijo que él votó en contra del mismo y señaló que cree que su reforma se podría abordar durante el primer semestre del 2016.

El presidente aragonés solicitó la intervención del Gobierno central en las gestiones que Aragón se propone desarrollar ante el Vaticano para que "se hagan cumplir las sentencias" que obligan a Cataluña a devolver las obras de arte retenidas en los museos de Lérida y Barcelona, Además, propuso la reposición de un fondo de cohesión sanitaria, "desaparecido de los presupuestos del 2016", para que los pacientes de la parte oriental de Huesca puedan ser atendidos en el hospital de Lérida.

Asimismo, el presidente aragonés pidió que se atienda la petición "unánime" de la sociedad de Huesca para que permanezca en la ciudad el cuartel Sancho Ramírez, que Defensa quiere llevar a Zaragoza.