Las reclamaciones de los vecinos de Casetas en apoyo de la churrería de su barrio han tenido su fruto: el negocio de Concha permanecerá abierto durante dos años más. Seguirá ubicado en suelo urbano, en el mismo lugar en el que está situado actualmente, junto a la plaza del ayuntamiento.

Así lo anunció ayer emocionada Concha Guisado, cuando explicaba cómo lo había conseguido. «Al final me quedo aquí para dos años. Gracias a un acuerdo entre la asociación de vecinos del barrio y Zaragoza en Común me han dado el permiso. Estoy muy feliz de haberlo logrado», apuntó.

Al parecer, la notificación por carta que recibió la dueña del establecimiento avisándole de que debía cerrar su churrería el domingo (por ayer) ha sido revocada y el miércoles el asunto será expuesto por ZeC en el Ayuntamiento de Zaragoza.

Desde el comienzo del problema, todo el barrio se volcó por la causa y en la gran mayoría de comercios de la zona había formularios para recoger firmas de apoyo. Pero esta iniciativa llegó también a internet a través del facebook de la asociación vecinal y de la plataforma change.org, donde ya han alcanzado más de 4.000 firmas bajo la premisa de que «cualquier zaragozano que pasa por la plaza Castillo percibe un olor muy característico que invita a pararse en uno de los establecimientos más queridos de la ciudad: la churrería de Concha».

Los vecinos veían injusto que tras 32 años de dar servicio en el barrio y ganarse el cariño de todos los caseteros, la churrería se cerrase por estar ubicada en suelo urbano sin darle ninguna alternativa ni opción para mantener su modesto negocio. Esta orden venía por el cambio de una normativa del Ayuntamiento de Zaragoza que afectaba a todos los negocios que se encontraban en suelo público. La peculiaridad es que Concha Guisado no dispone de ningún solar en el que situar su negocio y decidió buscar alternativas para evitar el cierre.