Resulta que el proyecto estrella de los Presupuestos Generales del Estado para el 2016 se ha incluido en las cuentas de tapadillo y sin una partida que lleve su nombre. Y no es porque fuera desconocido para Aragón. Se trata de la reanudación de las obras deel embalse de Mularroya, que llevan paralizadas por oden judicial desde el 2013 y, ya desbloqueadas y con declaración de impacto ambiental (DIA) favorable desde el pasado mes de junio, se ha colado en las cifras del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, con una cuantía que supera los 27 millones de euros para el próximo ejercicio.

Ni siquiera hay una previsión concreta de los plazos que se manejan para que las máquinas vuelvan a la zona donde se levantará la presa, pero ya hay un plurianual en el que se programa su finalización para el 2019 y un coste total de los trabajos estimado de 117,91 millones de euros. Serán, 27,09 en el 2016, otros 28 al año siguiente, 27,17 en el 2018 y 24.171,98 en el 2019, año en el que se prevé su finalización. Eso sí, para rematar ese precio de los trabajos, deberían retomarse este año y gastar parte de los 19,98 que se consignaron para el actual ejercicio.

EL DOBLE QUE YESA

Quizá esta sea la clave por la que aparecen esos millones bajo el epígrafe "otras actuaciones de infraestructuras hidráulicas en la Cuenca del Ebro" y no con nombre y apellidos como otros macroproyectos como Yesa --con la mitad de dinero-- o Biscarrués-Almudévar. Todas ellas están dentro de la inversión prevista por parte del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para el 2016. Y con otra notable diferencia en la cuantía: Mularroya supera a las otras dos juntas, dotadas con 13,2 y 12 millones, respectivamente.

Lo que está garantizado es la finalidad de esa partida. Fuentes oficiales de la Delegación del Gobierno en Aragón aseguraron ayer a este diario que esta cuantía de 27,09 millones "irá íntegramente destinada a las obras del embalse de Mularroya". Punto final, entonces, a dos años de parálisis. Y punto y seguido también a las discrepancias entre ecologistas y regantes por el desarrollo de esta obra que incluirá la presa, el azud de derivación y la conducción de trasvase de La Almunia de Doña Godina, Chodes y Ricla.

El cambio de rumbo que ha dado el proyecto no se le puede negar al actual ministerio que dirige Isabel García Tejerina que, ya a finales del año pasado adelantaba la salida del bloqueo. Faltaba la confirmación de Montoro en las cuentas del 2016 y, quizá por eso, sorprende que no sea una partida presupuestaria más específica para esta obra.

En solo dos meses ha dado el salto para pasar de la parálisis a recibir el mayor esfuerzo inversor del Ejecutivo central en materia hidráulica en Aragón para el año próximo. Ya sin peros por parte de los técnicos, o con ellos pero sorteándolos gracias a la excepción aplicada por el Gobierno al declararla "de interés público de primer orden".