Una intoxicación alimentaria se produce por un alimento contaminado, mal conservado o elaborado con demasiada anticipación a su consumo. Así, las carnes picadas deben conservarse siempre refrigeradas y el menor tiempo posible; mientras que las verduras y hortalizas han de ser desinfectadas con agua y unas gotas de lejía (5 gotas durante unos minutos) y, antes y después, lavarlas con abundante agua. Sobre la mayonesa, su elaboración casera debe ser con unos huevos frescos y limpios, a la que habrá que añadir vinagre o limón y consumir lo antes posible. En caso de tener que guardar una parte, debe ser en el frigorífico (no más de un día) y tirar los restos