El pabellón Príncipe Felipe se convirtió hace un año en el centro deportivo de la discordia y la polémica. Ese enorme lugar que tantos logros deportivos ha albergado sigue con la incertidumbre de cómo acabará llamándose: Príncipe Felipe o José Luis Abós. Aunque será un juez el que lo decida, fue entonces cuando se comenzó a hablar del pabellón José Luis Abós.

El cambio de nombre de las instalaciones fue una de las medidas más polémicas adoptadas por el equipo de Zaragoza en Común (ZeC) en sus primeros meses al frente de la ciudad. Fue el reflejo de la minoría de un gobierno formado por nueve concejales que, para poder sacar adelante sus promesas electorales, se ve en la obligación de hacerlo por decretazo.

El 24 de julio, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza anunciaba la aprobación de la modificación en homenaje al entrenador del CAI Zaragoza, que se ratificó más tarde tras muchas idas y venidas. La decisión la tomó con el apoyo de CHA, gran impulsor, pero con el resto de formaciones en contra, principalmente por las formas. El club se mostró contrario al cambio de denominación y la familia tampoco apoyó la decisión, por la controversia generada.

MONARQUÍA

A pesar de que la formación repitió hasta la saciedad que no se trataba de un hecho ideológico, --el busto del rey Felipe VI sigue presidiendo el pleno--, el resto de formaciones y gran parte de los zaragozanos pensaban lo contrario. La medida coincidió con la retirada del busto del monarca en el Ayuntamiento de Barcelona después de que su alcaldesa, Ada Colau, lo decidiera de forma unilateral. Entonces, varias formaciones del cambio habían comenzado a eliminar las huellas de la monarquía en las instituciones públicas.

La batalla municipal saltó del salón de plenos, donde los rifirrafes eran continuos y auguraban que las relaciones con el PSOE no iban a ser las esperadas, a la calle. Después de que el alcalde, Pedro Santisteve, desoyera al pleno que votó en en bloque en contra del cambio de nomenclatura, los ciudadanos comenzaron a reunir firmas en contra y a favor a través de plataformas digitales. Más de 15.000 personas apoyaron llamar al pabellón José Luis Abós. Las formaciones pedían al alcalde calma, reflexión y participación. Pero ZeC quería cumplir con una de sus promesas estrella.

El 1 de octubre se comenzaron a borrar los letreros que identifican el pabellón con el que fuera Príncipe Felipe para plasmar su nueva denominación de José Luis Abós. Pocas horas tuvieron para hacerlo ya que esa misma tarde la magistrada del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 4 de Zaragoza decretó la paralización cautelar de los trabajos tras el recurso presentado por el PP. Con la decisión, se fijaron definitivamente las medidas cautelares hasta que culmine el proceso contencioso, que podrían demorarse una media de cuatro años.