S. M. C. aceptó ayer dos años de prisión por estafar a diez personas con el alquiler de unos apartamentos turísticos que no existían. Este vecino de Zaragoza se enfrentaba en un primer momento a cuatro años de prisión, si bien consiguió ver rebajada su condena después de que su abogada defensora, Olga Oseira, lo acordara con la Fiscalía con la condición de que indemnizara a las víctimas. Pagó 1.500 euros.

Este hombre --sobre él que pesan dos condenas por estafa y un delito de lesiones-- se atribuyó en 2013 la facultad de alquilar inmuebles en Salou y Cambrils, en Tarragona, cuando no la tenía. Lo hacía a través de una página de anuncios en internet y facilitaba dos números de teléfono móvil para que los interesados pudieran comunicarse con él.

Mediante este procedimiento llegó a cobrar diversas cantidades, bien en concepto de reserva o de anticipo de la renta estipulada. A todas las víctimas les estafó, presuntamente, entre 200 y 450 euros.

ACTUACIÓN

El modus operandi era siempre el mismo, puesto que pedía que le ingresaran el dinero en una cuenta corriente que estaba a su nombre. Una forma de actuar que no levantaba sospechas entre los contratantes, debido a que aportaba su identificación. En este anzuelo picaron familias de Zaragoza, Valladolid y Burgos.

Una forma de actuar que no es única. Ayer fue detenida una pareja en Jaca (Huesca) por la misma estafa, si bien lo hacían con apartamentos de lujo en el Pirineo. Exigían el pago de una fianza previa del 70% del alquiler, a través de transferencia bancaria, en concepto de reserva. Hay víctimas en San Sebastián, Córdoba, Segovia y Alicante.