El titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza, Rafael Lasala, decretó ayer el envío a prisión de los tres ladrones chilenos que fueron detenidos por, supuestamente, desvalijar más de cien chalets en Zaragoza y provincia.

Una decisión que tomó tras estudiar el atestado realizado por el Grupo de Robos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, ya que ninguno de los sospechosos, Yaritza Paulette O. A., Víctor Hugo F. G. y Cristian Antonio C. M., de entre 20 y 24 años, quiso declarar. No dudó tampoco en mandar al centro penitenciario de Zuera a la joven, a pesar de que se encuentra en el octavo mes de gestación. Y es que, según la Policía, su estado no la desvinculó de la banda, ya que jugaba, al parecer, un papel fundamental al realizar las vigilancias, además de ser la conductora del vehículo en el que huían a toda velocidad tras cometer el golpe.

La investigación llevada a cabo por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) comenzó en enero cuando desvalijaron varias casas en dos importantes urbanizaciones: Montecanal y Torre San Lamberto. Los investigadores observaron que la forma de actuar correspondía con otros robos anteriores, por lo que decidieron activar un operativo especial. Un aspecto que diferenció a esta banda de otras itinerantes que suelen actuar en la capital aragonesa como son las de georgianos y crotas es que no seleccionaban los artículos de joyería, sino que también se apoderaban de bisutería. De hecho, es el mayor alijo de joyas intervenido hasta la fecha en Aragón.

El modus operandi de los arrestados era siempre el mismo: esperar a que cayera la noche, ver que no había luz en el interior y acceder a las casas de planta baja. Utilizaban destornilladores y mazas con la que forzar puertas y ventanas. Muchas de las viviendas tenían activados los sistemas de seguridad, así que los arrestados, de origen chileno, llegaron a aprender cómo desvalijar las casas en tiempo récord: cinco minutos.