Los padres de una niña de 12 años no podían imaginar que hacerle el favor a un primo hermano dejándole vivir durante un tiempo en casa iba a convertirse en una pesadilla para la menor. Hasta en cinco ocasiones la niña sufrió abusos sexuales por parte de José Geovanny C. M. Ahora la Audiencia Provincial de Zaragoza acaba de condenarle a 11 años y un mes de cárcel, además de la prohibición de acercarse a esta familia durante 15 años. Por otro lado, tendrá que indemnizarla con 15.000 euros. Los magistrados señalan que al inicio se comportó de forma normalizada, lo que permitía a los padres que nada pudieran sospechar sobre el encausado.

PELÍCULA PORNO/ El acusado, aprovechando que los padres de la joven no estaban en casa, tras hacer entrar a la menor en la habitación que ocupaba, le enseñó un vídeo en el que se veía a José Geovanny C. M. mantener relaciones sexuales con su anterior mujer, explicando a la niña que el sexo era muy bonito y que no pasaba nada. La niña le recriminó su actitud diciéndole que solo podían comportarse como familia y nada más.

Desde ese momento, en varias ocasiones, siempre cuando los padres se ausentaban, el acusado llevaba a la joven a su habitación y usando un preservativo mantuvo relaciones sexuales completas. Para evitar que alguien le sorprendiera por el ruido, el acusado ponía en el suelo el colchón de la cama. La primera de esas ocasiones tuvo lugar el mismo día en el que enseñó a la muchacha el vídeo.

El tribunal provincial resalta que la menor, que no quería mantener esas relaciones, consiguió eludir la pretensión sexual de José Geovanny C. M. La última violación que sufrió fue el 11 de julio del 2014.

Entre los meses de abril y mayo los padres de la niña comenzaron a preocuparse por su actitud, ya que no quería quedarse a solas con el encausado.

Ante ello, el padre fingió que se iba a marchar a trabajar para ver qué pasaba. Fue en esa ocasión cuando descubrió que José Geovanny C. M. había vuelto a colocar el colchón sobre el suelo para mantener relaciones sexuales con la niña.

Los magistrados resaltan en la sentencia que el acusado le decía a la joven que si se lo comentaba a sus padres se produciría un conflicto entre ellos y se divorciarían. También le señalaba que si no quería lo haría por la fuerza y que incluso a su hermana le podría pasar algo. Unas amenazas que llevaron a la víctima a guardar silencio para que su familia no se destruyera.

La menor ha tenido que ser atendida durante un año por psicólogos.