Finalmente, la prohibición de que Zaragoza acoja circos con animales salvajes se ha caído del texto final de la ordenanza de protección animal, que ayer aprobó inicialmente el Gobierno de la ciudad. El documento, que todavía tiene que pasar por dos plenos y por dos periodos de alegaciones, sí incluye otra de las principales novedades: podrán viajar en el tranvía --concretamente en el último vagón de los convoyes, perros "atados y con bozal", aunque se realizará primero una prueba de seis meses para comprobar la aceptación de esta medida. Las mascotas de pequeño tamaño, por su parte, podrán viajar tanto en el tranvía como en los autobuses urbanos siempre que vayan en transportines. El nuevo documento también regula los horarios para que los perros puedan circular sin cadena por los parques de la ciudad. Y ratifica el compromiso de la ciudad con la política de "sacrificios cero".