La avenida del río Ebro anegó ayer varios cientos de hectáreas de cultivo a su paso por los pueblos de la Ribera Alta y la comarca de Zaragoza. Aun así, el nivel de la crecida se encuentra, según la Confederación Hidrográfica del Ebro, por debajo de del considerado ordinario en años hidrológicos normales. Pese a ello, Protección de Civil decretó, por medidas de seguridad, el estado de alerta preemergencia debido a la subida del caudal.

Sin embargo, las previsiones meteorológicas de la Agencia Estatal de Meteorología para el fin de semana en la cuenca anuncian precipitaciones en forma de lluvia y el deshielo de la nieve situada por debajo de los 2.000 metros en zonas de la margen izquierda del río. Estos fenómenos podrían causar una nueva crecida en los afluentes navarros del Ebro y generar una segunda avenida.

La cresta de la crecida llegó a las tres de la madrugada a la localidad zaragozana de Novillas con una altura de 5,90 metros y un caudal de unos 1.300 metros cúbicos por segundo. El agua irrumpió en las partes más cercanas al cauce del río y unas 500 hectáreas de campos de labranza y huertas, fundamentalmente con cultivos de guisantes, cereales y alfalfa situados en la margen izquierda del río así como algunas choperas se vieron cubiertas bajo las aguas. Pese a la crecida, el alcalde de Novillas, José Ayesa, aseguró que la avenida había sido "mucho menor a la del año pasado", cuando el Ebro alcanzó los 2.300 metros cúbicos y entró en el casco urbano.

La misma sensación se respiraba en el resto de pueblos de la comarca como Pradilla de Ebro, Alcalá de Ebro, Gallur y Cabañas de Ebro donde el agua inundó las zonas bajas de las riberas y se quedó a los pies de las motas. A pesar de tener menos fuerza que la punta del año pasado, 150 hectáreas de Pradilla fueron pasto de la crecida.

El recinto de la Expo fue el otro gran perjudicado del aumento en el caudal del río. La punta de la crecida llegó en la medianoche de ayer a Zaragoza afectando a las zonas bajas de las obras de la muestra internacional, en especial a las plazas temáticas, el helipuerto y los aparcamientos para autoridades.

El presidente de Expo Zaragoza 2008, Roque Gistau calificó de "menores" los daños a los que el recinto es susceptible por esta previsto la llegada del agua. Gistau recordó que "están construyendo para que una parte del Meandro de Ranillas sea inundable y esto no es una sorpresa para ninguno de nosotros".

El director de construcción de Expoagua, Eduardo Ruiz de Temiño indicó que no se esperan más incidencias que la paralización "hasta el lunes" de la instalación de la fachada del Pabellón Puente y el retraso en las plazas temáticas y en el anfiteatro. El jefe de los trabajos explicó que los daños previstos por el agua solo retrasaran "entre cuatro y cinco días los trabajos menores". Sin embargo, la fuerza del agua arrancó durante la tarde otro de los pantalanes instalados entre el Iceberg y la pasarela Manterola.