Los veterinarios aragoneses pretenden tomar la calle el próximo sábado, 27 de octubre --a las cinco de la tarde en plaza de España--, para protestar por una subida del IVA, del 8% al 21% en su sector, que desde septiembre ha convertido el tener una mascota en "un lujo", según protestan. Entienden que el aumento debería ser más moderado, como el aplicado a las actividades ganaderas (un 10%) y advierten que los precios excesivos no solo son perjudiciales para su actividad, sino que a la larga podrían conllevar incluso problemas de salud pública.

La iniciativa de la manifestación partió de un grupo de jóvenes veterinarios, pero ya ha recabado el apoyo de los tres colegios provinciales de este ramo, y el de otras asociaciones y protectoras de animales como Alborada. El motivo de su queja es que, con los nuevos precios, aumentará el abandono de mascotas. Y también que la gente irá al veterinario "tarde y mal", algo que ya sucede, según explica Isabel Sanz, vicepresidenta de Alborada. "Con esto van a conseguir lo opuesto a la prevención, la gente pospondrá la visita a ver si se le pasa y habrá más animales enfermos y más riesgo de transmisión de zoonosis".

VACUNACIÓN Según explica Sanz, la única vacuna obligatoria para mascotas es la antirrábica, aunque la normativa obliga con un texto algo vago a tener los animales en buenas condiciones higiénico-sanitarias. Las nuevas tarifas desaniman aún más a los dueños que, por ejemplo, tienen que pagar casi 4 euros más --de 31,32 a 35,09-- por una vacuna polivalente. Pero en tratamientos más complejos, el sobreprecio puede llegar a 32 euros en una ovariohisterectomía (vaciado) de una perra, que ahora roza los 300. Y a 65 euros en una operación quirúrgica de traumatología, de 540 a 605 euros.