El alcalde de Batea (Tarragona), Joaquim Paladella, mostró su intención de explorar todas las posibilidades legales para que esta localidad de 2.000 habitantes de la comarca catalana de Terra Alta, que se encuentra a 17 km de Maella (Zaragoza) y a 25 km de Calaceite (Teruel), se separe de Cataluña y se incorpore a Aragón. Paladella ha hecho una petición oficial para reunirse con el subdelegado del Gobierno, Jordi Sierra, y con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, para encontrar «soluciones».

«Llega un momento en que se nos plantean dos opciones: quedarnos callados y sentados y esperar que esto cambie o probar todas las soluciones posibles y una de ellas es hablar con el Gobierno de España y ver qué posibilidades legales hay», reveló Paladella. Las razones que han llevado al alcalde a tomar esta decisión serían «un largo historial de discriminaciones que ha sufrido el municipio durante años».

Entre los agravios sufridos por este pueblo catalán, figuran el incumplimiento del convenio para la residencia de ancianos que implica abrir 30 plazas nuevas. «La residencia hace siete años que la tenemos construida, amueblada y acabada y no hay manera de que la Generalitat nos concierte las 30 plazas que restan», explicó el edil. El segundo, es la «imposición» de tres parques eólicos en el municipio sin consultar previamente.

Joaquim Paladella manifestó que hoy por hoy «son un pueblo de Cataluña» y «se sienten catalanes» pero están padeciendo «una discriminación cada vez más fuerte» y tienen la firme convición de que «esto tiene que acabar». El alcalde también aclaró que no va a ser una decisión unilateral y que cuando hablen con las dos instituciones les explicarán a los habitantes de Batea cuál es la situación y tomarán una resolución colectivamente.

Según el alcalde, la opinión de los habitantes al respecto es por un lado de enfado y de incomprensión de lo que está haciendo la Generalitat con Batea y con la residencia y por otro lado, de sorpresa por lo que está realizando actualmente el ayuntamiento.

«Vamos a mirar todas las posibilidades que hay sin descartar absolutamente ninguna», declaró Paladella. Una de estas posibilidades es romper con Cataluña y adherirse a Aragón. El Estatuto de Autonomía de Aragón contempla esta opción en su artículo 10 mediante el cumplimiento de una serie de condiciones.

La primera de ellas, requiere que el ayuntamiento interesado solicite la incorporación y que se oiga a la comunidad o provincia a la que pertenece ese territorio. También, tiene que ser acordado por los habitantes de dicho municipio o territorio mediante una consulta expresamente convocada al efecto y previa la autorización competente. Por último, el proceso debe ser aprobado por las Cortes de Aragón y posteriormente, las Cortes Generales del Estado mediante una ley orgánica. Este no es el primer caso de un territorio catalán que sopesa anexionarse a Aragón. El Valle de Arán, perteneciente a la provincia de Lérida, mostró una postura contraria respecto a la posible secesión catalana de España y ante la posibilidad de que esta se llevase a cabo expresaron que no sería una opción descabellada celebrar un referéndum para independizarse de Cataluña y pasar a depender de Aragón.