Avelino Bel es un agricultor jubilado de Peñarroya de Tastavins que «toda la vida» ha sido paciente del hospital de Alcañiz. Él, como muchos vecinos de las comarcas cercanas, tienen en la capital bajoaragonesa su centro sanitario de referencia. «El trato es bueno, no tenemos ninguna queja, pero es verdad que las instalaciones son viejas y hacen falta mejoras», cuenta. «A veces he tenido que ir a Zaragoza porque aquí no hay aparatos o me han mandado a casa porque había tanta gente con situaciones más graves que no me podían atender», recuerda sentado a las puertas del hospital.

A su lado, Vicente Vilalta, un funcionario retirado de Alcañiz, se pregunta si «¿puede un país avanzar si solo piensa con el bolsillo? Ahí lo dejo y quien quiera que se responda», dice. Vilalta reitera que la atención por parte del personal es «muy buena», pero incide en que «más de una vez han faltado recursos» y ha tenido que volver otro día a la cita.