La puesta en carga del embalse de Lechago tendrá lugar antes de final de año, una vez que se den por finalizadas las obras del plan de emergencia, presupuestadas en 400.000 euros. Así lo avanzó ayer el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), quien se desplazó hasta el municipio turolense para inaugurar un pairón en la rotonda que la confederación ha construido dentro del plan de restitución.

Los trabajos de emergencia que se están ejecutando son la instalación de una sala de comunicaciones y sirenas de aviso, que se colocarán a partir de septiembre en la propia presa, en Luco de Jiloca y en Burbáguena. También está prevista la realización de una campaña de información, coordinada con Protección Civil.

El embalse de Lechago ubica su presa en el río Pancrudo, en el término municipal de Calamocha, y plantea una regulación de los caudales de invierno del río Jiloca. Con capacidad de 18,16 hectómetros cúbicos, el embalse beneficiará de forma directa a unas 4.000 hectáreas del Bajo Jiloca.

Según la CHE, el embalse constituirá además una defensa contra las avenidas del río Pancrudo que afectan hasta la cuenca baja del Jiloca e incrementará los caudales circulantes durante los meses de verano.

Xavier de Pedro recordó que en los núcleos afectados por el embalse --Luco, Navarrete y el propio Lechago, pedáneos de Calamocha--, ya se han invertido 8.129.000 euros y anunció que este año se prevé destinar otro millón de euros más a estas actuaciones.

Según el presidente del organismo, las obras de la primera fase, que tienen un presupuesto global de 11.083.000 euros, estarán completadas en 2014.

Los trabajos que restan están pendientes de una modificación del proyecto general que se espera que pueda estar aprobado en septiembre y consisten en la construcción de las depuradoras de cada uno de los tres núcleos, la nueva captación de abastecimiento y el nuevo depósito regulador en Lechago.