No tiene buena pinta el futuro del aeropuerto de Huesca-Pirineos. La compañía que ha impulsado la actividad durante los últimos cuatro años en esta infraestructura, la firma Pyrenair, está a punto de tirar la toalla si no lo ha hecho ya. Y es que sus responsables aseguran que echarán el cierre definitivo a su actividad si no se presenta un plan de negocio y de promoción concreto durante el mes de septiembre por parte de las administraciones implicadas en su supervivencia (Ministerio de Fomento, Gobierno de Aragón, Diputación de Huesca y Ayuntamiento de Huesca). Ya han pasado seis meses desde que se anunció la necesidad de un comité de rutas que diera respuesta a su crítica situación y ni se ha constituido aún.

Pyrenair adelantó el final de la temporada pasada por los problemas de liquidez y la falta de financiación por parte de las administraciones, sobre todo de la DGA, que aún hoy adeuda el 30% de la subvención que se comprometió a aportar (de 300.000 euros anuales). Así es difícil que el balance contable no se cierre con déficit. Y esta vez la situación puede ser insalvable. Mientras, la empresa, que ya ha renunciado a volar en el aeropuerto ilerdense de Alguaire, echaría el cierre.

Quizá es más insalvable por las perspectivas y la desconfianza que genera tanto inmovilismo. De momento ni Pyrenair ni Huesca-Pirineos aparecerán en los catálogos de los turoperadores para volar este invierno. Y es que para hacerlo la programación de vuelos debía haberse cerrado en julio, porque estos soportes publicitarios se imprimen en agosto y entre el 1 y el 5 de septiembre ya están en las agencias.

RECHAZO DE ARAMÓN ¿Qué cantidad necesitaría Pyrenair para recuperar su oferta de vuelos con La Coruña, Madrid, Canarias y Palma? Unos 400.000 euros para llevar a 12.000 esquiadores al Pirineo. Una cuantía similar a la diferencia entre ingresos y gastos que tuvo Aramón con su única ruta con Londres la campaña pasada.

Curiosamente, Pyrenair llegó a ofrecer al grupo aragonés la venta de su negocio, con las conexiones antes citadas, pero el presidente de Aramón, el ahora consejero de Hacienda de la DGA, Francisco Bono, rechazó tajantemente la oferta, según aseguraron a este diario en la compañía oscense.

Sin embargo, para el responsable de Pyrenair, Hugo Puigdefábregas, el problema no es de subvenciones sino "del territorio", porque asegura que "durante cuatro años hemos estado asumiendo deficiencias que aún no están resueltas".

MEJORAS Por ejemplo las comunicaciones. "Nosotros llevábamos a los esquiadores a Jaca, al hotel Reina Felicia, que está a 1,5 kilómetros de la ciudad. Pedimos a la DGA que el autobús que cubre la línea Jaca-Villanúa-Canfranc tuviera una parada cerca de este hotel y se nos negó siempre, de manera que teníamos que asumir el transporte o hacer que recorrieran esa distancia si querían ir a esquiar". "Solo tienen que decidir si quieren promocionar o no el aeropuerto, atraer viajeros y asumir las mejoras que les corresponden. No se trata solo de si hay dinero o no para la compañía", añadió.

Aún así, el problema de no salir en los catálogos es relativo, ya que, según Puigdefábregas, "solo el 30% de las ventas se obtienen en las agencias". Pero no queda mucho tiempo y, hoy por hoy, solo Pyrenair parece dispuesta a operar (y sacar a flote) el aeropuerto de Huesca-Pirineos.