Representantes de Pyrenalia comunicaron el pasado día 31 a cargos del Ayuntamiento de Zaragoza su intención de ceder el servicio de atención telefónica 010 a la empresa DataNoise y que fueron éstos funcionarios quienes les aconsejaron trasladarlo al juzgado.

Así responde Pyrenalia a las acusaciones realizadas hoy por el consejero de Servicios Públicos, Alberto Cubero, de que la empresa estaba incumpliendo el pliego de condiciones de adjudicación del servicio puesto que primero debería haberlo comunicado al Ayuntamiento y lo utilizaba como uno de los argumentos para reclamar el levantamiento de la suspensión cautelar de la municipalización impuesta por el Juzgado de lo Contencioso número 4 de Zaragoza.

En concreto, los representantes de Pyrenalia, informan fuentes de esta empresa en una nota de prensa, se reunieron con Carmen Corral, directora de Organización, Eficiencia y Relaciones con los Ciudadanos del Consistorio y con el letrado Carlos Navarro de Cacho.

Según señalan en el comunicado, en dicha reunión se comunicaba la intención de que la prestación del Servicio del 010 pasara a DataNoise SL, empresa filial participada en un 85 % por Pyrenalia, con el mismo domicilio social y con "total y absoluta cobertura de medios técnicos y capacidades".

Decisión, aseguran, que se enmarca en una reestructuración del grupo de compañías de Pyrenalia, con el "único objetivo" de garantizar el desarrollo del negocio y asegurar todos los derechos y condiciones de trabajo de las empleadas mientras se aclaraba la situación judicial.

Dichas fuentes informan de que en este encuentro se consultó "cuál era el mejor proceder, si plantearlo formalmente al Ayuntamiento en primer lugar o hacerlo al Juzgado" y que fueron los funcionarios quienes les indicaron que era el Juzgado el que tenía que pronunciarse al respecto.

De acuerdo con este criterio, el pasado día 4 de abril los abogados de la actual adjudicataria presentaron en el Juzgado el escrito en el que comunicaban la decisión, y aseguran, frente a las sospechas que ha mostrado hoy Cubero, que no ha habido "presiones de nadie a nadie. Ni ninguna otra intención que no sea la de prestar los servicios de la mejor forma posible".