El profesor Antonio Aramayona, recientemente multado con 300 euros por su protesta matutina diaria en la puerta de la consejera Dolores Serrat --en realidad, por no marcharse cuando lo ordenó la Policía--, continuó ayer con su queja sin inmutarse por su sanción, que no piensa pagar, ni por el resultado del juicio. Sobre él, calificó de "ridiculez" que la consejera hubiese llevado al banquillo a cinco personas por defender la educación pública.

"Que no piense en el escrache, sino en por qué se lo hacen. Y que piense también en los niños que comen mal porque no pueden hacerlo en el comedor del colegio por falta de becas. Y en los que no tienen dinero para comprar libros. Y en los profesores despedidos, y en los que ya no pueden atender a los estudiantes como deberían por ser pocos. en eso tiene que pensar", opinó el profesor.

Sobre los motivos de la consejera para no acudir a la vista a ratificar la denuncia, no quiso opinar. "Hay misterios para ciencia, misterios para la religión y ahora hay uno nuevo, el de una consejera de Educación capaz de armar la que ha armado y no ir al juzgado", ironizó.

Aramayona mostró su apoyo a los absueltos en el proceso, y lo mismo hicieron diversos colectivos a lo largo de la jornada. Entre ellos, el sindicato CGT, al que pertenecía uno de los acusados, o CCOO, con otro afiliado en el banquillo. También Izquierda Unida mostró su satisfacción por el fallo del juez. Y por supuesto el colectivo convocante, Marea Verde. La Plataforma en Defensa de la Educación Pública volvió a pedir la dimisión de Serrat por la "falta de respeto" a los acusados, al tenerles hasta el último día en el proceso sin comparecer en él.