--¿Es necesario reestructurar nuevamente el partido nueve meses después de las elecciones?

--Ciudadanos se he reestructurado en media España porque consideran que se ha terminado la fase de implantación y que ahora llega una nueva época de expansión. El propio secretario de organización, Fran Hervías, reconoce que la implantación ha sido muy rápida, pues en una año y medio se ha crecido desorbitadamente.

--¿Debe entenderse el cambio de funciones de Susana Gaspar --pasa a ser portavoz-- como una enmienda a su gestión?

--Susana Gaspar está en la Ejecutiva Nacional y eso es un activo. No creo que sea una enmienda, pues con ella hemos terminado la fase de implantación, que es la más compleja. Yo estuve al frente de esta fase en Teruel y reconozco que quema, sabiendo que no es lo mismo trabajar con 147 afiliados como sucedió en mi caso que con los 700 de Zaragoza.

--Su intención es ampliar la militancia en pueblos pequeños, ¿cómo planean hacerlo?

--Como lo hemos hecho en Teruel. Nosotros tenemos en cada provincia agrupaciones estructuradas que van trasladando su labor a los municipios cercanos. Para comenzar apostamos por los grupos de trabajo, que no necesitan una estructura tan técnica ni enclavada en el partido. Son agrupaciones municipales con su propio ámbito de poder en el entorno local.

--Ciudadanos no se caracteriza por ser un partido de voto rural...

--No es lógico que aquí en la provincia de Zaragoza tengamos 20.000 votos más que el PAR y tengamos muchos menos concejales, alcaldes y representantes públicos. Cito al PAR únicamente como ejemplo. No es lógico porque nosotros tenemos mucho más voto en la capital que en los municipios. Por eso tenemos que comenzar a expandirnos. En mi caso personal, por mi trabajo en Teruel, conocía a mucha gente en otro pueblos y pudimos aportar por el boca a boca. Ahora trabajaremos en reuniones con agrupaciones de ganaderos, agricultores o vecinos. Tenemos que descubrir sus quejas y mandar el mensaje de Ciudadanos.

--¿Cómo valora estos meses de actividad en las Cortes?

--Los cinco miembros del grupo de Ciudadanos no habíamos estado antes en ningún estamento político. No habíamos sido ni concejales, veníamos de la sociedad civil. Al principio te sientes algo desorientado porque aquí hay gente muy experimentada que lleva mucho años. Para nosotros fue una vorágine. Yo mismo he perdido nueve kilos. Pero creo que estamos haciendo una labor importante, especialmente en los temas que hemos llevado como bandera.

--¿En qué se han centrado?

--Por ejemplo, en el asunto de los purines en el Matarraña o en la justicia gratuita. También hemos insistido en el asunto de las comarcas. En sueldos y dietas estamos perdiendo una cantidad de dinero ingente, y eso le tiene que quedar claro a la ciudadanía. Ya no son un órgano político: son el único ámbito donde los alcaldes pueden cobrar por su labor. Esto ha generado redes de clientelismo.

--¿Es lícito suspender militancias por participar en un grupo de WhatsApp?

--No sé si la suspensión es lícita porque yo no soy jurista. No sé si es delito o no. Pero sí sé que si una persona está en un partido es porque se lo cree. Si yo viniera a trepar, siendo como soy, funcionario, no estaría aquí. Hemos llegado donde estamos con un trabajo tremendo y no podemos olvidar que los partidos crecen con las aportaciones constructivas. Yo creo que dentro de los grupos tiene que haber crítica, pero edificante. Cuando se lleva a las vísceras y se habla de "esa persona es un cabrón" y empieza a desprestigiarse el partido, ahí es donde metemos la pata. Y dentro de un grupo, si una persona critica a Ciudadanos, y otro lo está viendo y no dice nada, se llama connivencia. Si tú estás en un partido está porque sientes lo sientes. Y si para presentar una queja es necesario llamar a Barcelona o Madrid, pues se hace. Y yo creo que esa connivencia sí que ha existido en muchas personas.

--¿Cree que han violado el derecho al secreto de comunicaciones de los críticos? El caso ya se ha judicializado.

--No puedo decir nada. Ellos sabrán si presentan denuncias o no. Desde mi punto de vista la cuestión no tendría que haber llegado a estos extremos. Las cosas se han hecho mal desde determinados críticos y seguramente también desde dentro del partido. A lo mejor habría que haber tendido más la mano. Cuando dos discuten, no tiene únicamente uno la culpa. Pero siempre suele haber un extremo que inclina la balanza. Y el primero que falta al respeto es el que pierde.

--Hablan de tender la mano... ¿Están dispuestos a atender los comentarios y reclamaciones que se planteaban en el grupo expedientado?

--Estamos dispuestos a escuchar todas las críticas constructivas que haga falta. Cuando salen las vísceras y te encuentras con determinados trolls que se meten con un cargo como yo, que hasta hace cuatro días apenas me conocían porque estaba desarrollando mi trabajo en Teruel, atacándome por mi profesión, únicamente pretenden hacer daño. Lo que tienen que hacer es decirme: "Ramiro, te estás equivocando". Eso sí que lo aceptamos.

--¿Se concretará en algo la mano tendida?

--Voy a intentar que las personas que creen en Ciudadanos, y que han presentado recursos ante la Comisión de Garantías, puedan encontrar esa mano tendida. Me gustaría unir. Tenemos que buscar formas de participar dentro del partido. Grupos de trabajo, de logística... tenemos que incentivar a todos los militantes para que se sientan parte de algo. Que quieran estar dentro. Y además tiene que ser evolutivo. Tiene que tener vida: no dejar que los cargos actúen en solitario durante cuatro años.