--¿Qué retos se marca para esta segunda etapa como presidente del colegio?

--Hemos conseguido un acceso al medicamento de forma gratuita, con un mismo precio para el paciente que esté en Benasque o en Zaragoza. Sin embargo, pese a que el acceso a la farmacia está garantizado en Aragón no nos podemos quedar ahí y tenemos que solucionar el problema de la adherencia. Según la OMS, el 50% de los fracasos terapéuticos es por falta de adherencia y ahí los farmacéuticos podemos hacer de agentes sanitarios y mejorar esto. Sin farmacia no hay adherencia, esto está claro. Tenemos que intentar hacer este viraje de pasar de ser únicamente boticas dispensadoras a un modelo más asistencial. Por otro lado, el farmacéutico está formado y preparado para ayudar en la prevención de determinadas enfermedades como cáncer de colon, detección del sida o diabetes. Esta red debería aprovecharse.

--Ese modelo asistencial supondría, además, un ahorro.

--Sí. El problema de la falta de adherencia se da en personas mayores que confunden una pastilla con otra, que se toman dos en vez de una y, en el 36% de los casos, las consultas en urgencias se debe a estos problemas con los medicamentos. Además, el 81% de ese 36% se podrían evitar con un tratamiento más personalizado que podría definirse desde la botica. La no adherencia le está costando dinero al sistema sanitario, pero si las Administraciones invierten un poco en oficina de farmacia se podrían reducir los gastos.

--¿Qué situación atraviesa el sector farmacéutico en Aragón?

--Tenemos un modelo con 720 farmacias en toda la comunidad, con 720 boticas, muchas de ellas en pueblos de menos de 500 habitantes, pero para llegar hasta el último vecino del pueblo más recóndito de Aragón mediante esa farmacia asistencial por la que apostamos se necesita la implicación de Sanidad y una coordinación con el resto de agentes sanitarios.

--¿Peligra el futuro de las boticas rurales?

--La botica rural es sostenible y el modelo de farmacia en España se ha basado siempre en negocios pequeños, pero desde el año 2000 ha habido varios decretos sobre la bajada del precio de medicamentos que, si se sigue con esta tónica, podría ahogar a alguna farmacia rural. Los Gobiernos de todos los colores han apostado por este modelo, pero la visibilidad es desigualitaria y a nivel nacional se debería apoyarlo también con hechos. Si queremos una estructura mediterrránea, donde cada paciente tenga una farmacia en su lugar de residencia, tenemos que encontrar un equilibrio entre el precio del medicamento y el modelo.

--¿Están al día en el pago de facturas por parte de la DGA?

--Sí, estamos regularizados según el convenio. El año pasado hubo retrasos y me consta que hicieron desde Sanidad un esfuerzo tremendo para que el impacto de esta tardanza fuera el menor posible. El consejero Celaya nos ha demostrado personalmente que tiene sensibilidad con la farmacia y que es consciente de que es importantísima para el paciente. El tema de fomentar la adherencia de la que hablaba antes lo tiene interiorizado y ojalá pronto pueda ser una realidad.

--El problema está en la falta de dinero...

--Sí, sabemos que son tiempos de crisis y yo me pongo en el lugar de la consejería, pero sería muy bueno para el sistema y para el paciente una inversión en farmacia.