Entrar a casa sin problemas parece algo trivial hasta que se vuelve un imposible. Los vecinos del portal 16 de la calle Diez de Agosto, en el zaragozano barrio de San José, siguen a la espera, tras años de insistencia, de que el Ayuntamiento de Zaragoza suprima las barreras arquitectónicas que les ocasionan frecuentes problemas para acceder a su casa con carros, sillas de ruedas o en situaciones de emergencia.

El conflicto viene de largo y son muchas las vías que han intentado para solucionarlo. En el 2007, se abrió un expediente a través de la junta de distrito en el que los vecinos solicitaban al consistorio la supresión de las barreras arquitectónicas justificando que un residente en silla de ruedas, ahora ya fallecido, no podía acceder con normalidad al edificio. El vecino era el padre de Ignacio Navarro, que entró a la presidencia del bloque meses después, ya que su progenitor no podía ejercerla debido a que venía arrastrando una enfermedad degenerativa que minaba sus capacidades y le obligaba a vivir en una silla de ruedas y a pasar parte del día en una residencia.

Entonces, los arquitectos municipales estudiaron la solución al caso que, todavía hoy, no ha llegado. Se planteó la creación de una rampa al aire libre que cumpliese la normativa vigente --con una pendiente inferior al 8%--, medida que para que fuese viable debería ir acompañada de una modificación de toda la plaza que se crea en la planta inferior, ya que la rampa habría que hacerla en dos tramos. El problema no residía en la complejidad de la obra, sino que el coste también es alto. "Uno de los funcionarios municipales me comentó que suponía un desembolso en torno a 60.000 euros", explica Ignacio Navarro, que supone que no se hizo la obra ya que en aquel momento "todo el presupuesto municipal se destinaba a los trabajos para la Expo 2008".

Revisión técnica

Las obras no llegaron nunca y la solución se quedó en una revisión técnica. Vista la falta de avance, los vecinos realizaron una recogida de firmas e incluso se denunció la situación a la Policía Local. La queja se elevó al Justicia de Aragón, sin mayor trascendencia.

El último problema llegó hace un par de meses, cuando las brigadas intentaron podar unos árboles que asoman por la escalera y no pudieron acceder con las elevadoras.

Desde el consistorio no pudieron confirmar el montante que supondría modificar la plaza ya que no existe un proyecto, pero aseguran que es una solución "técnicamente compleja" y no una obra menor. De hecho, subrayaron la "voluntad" del ayuntamiento de permitir la accesibilidad a todos los vecinos de la ciudad que, por enfermedad, no pueden entrar en sus casas con facilidad. El consistorio, a petición de afectados, realiza rebajes de aceras y obras menores para garantizar los accesos.