--¿Esperaba que la asamblea le eligiera coordinador local?

--Sí, porque en los procesos previos ya se había elaborado una candidatura colectiva y se había comentado que mi perfil podía encajar como coordinador. Por respeto a los delegados y al consejo se fue discreto. --¿Habrá cambios tras el relevo de José Manuel Alonso?

--El sábado se tomaron decisiones muy importantes y mi voluntad es que se apliquen de inmediato. La más novedosa es que a partir de ahora la mayoría de las decisiones que tomen los cargos institucionales se votarán en asamblea. No tiene sentido que reclamemos participación ciudadana si no lo hacemos radicalmente en IU. El primer reflejo se verá en nuestro voto a los presupuestos municipales del 2014, que tomaremos colectivamente, como nuestra relación con el gobierno de la ciudad y otras propuestas que hasta ahora se adoptaban muchas veces forzados por la rapidez que exige la propia dinámica institucional. Las asambleas de barrios serán abiertas a la ciudadanía. Otra iniciativa importante será la mejora de la formación de los responsables públicos.

--¿Qué otras propuestas adoptaron?

--Profundizamos en la radicalidad democrática. Hablamos de movilidad, de una ciudad que potencie la intermodalidad y de nuestra apuesta firme por el tranvía. También avanzamos en la protección animal.

--La gestión de José Manuel Alonso se aprobó con un amplísimo respaldo. ¿Hubo autocrítica?

--No recuerdo en IU un apoyo tan unánime. Es reconfortante en unos tiempos tan difíciles. El informe de Alonso y su equipo, del que yo he formado parte, era muy autocrítico y también la hubo el sábado. Se nos reprochó nuestro apoyo a la privatización del agua y la asamblea tenía razón. Fue una equivocación que pudimos corregir. La vocación de IU es tener en Zaragoza 16 concejales (mayoría absoluta) y gobernar desde la izquierda para todos y en especial para los de abajo y desde abajo. .

--¿Qué relación tendrá con el PSOE, partido al que apoyan para que gobierne, y con CHA?

--Podemos coincidir con quien sea sin alterar nuestro programa político. La única fuerza que se declara abiertamente anticapitalista somos nosotros, pero solo con que se cumpliera algo tan poco revolucionario como la Constitución del 78 sería ya un éxito, porque se garantizaría la igualdad, el acceso a los servicios públicos de calidad, al empleo o a la vivienda.

--¿Su discurso encaja con las políticas del consistorio?

--Cuando hagamos un resumen de la actividad municipal, se verá que hemos parado mil propuestas y habremos sacado adelante 300. Lo más intolerable es que las contratas municipales azoten a los trabajadores, o que el consejero Gimeno llame a esas empresas para que ajusten los precios, lo que castiga a los empleados. No lo vamos a tolerar. O están con nosotros o será complicado nuestro apoyo. Estamos al lado de los trabajadores y del pequeño empresario y autónomo. IU no es un fin, sino una herramienta. Si se respetara al trabajador y a los menos favorecidos no existiría IU y no pasaría nada.

--Su militancia comunista indica un cambio de tendencia en IU-Aragón?

--El mayor cambio de este relevo es que antes el coordinador era el hijo de un carpintero y ahora es el hijo de un mecánico. IU es un espacio de trabajo, un movimiento político y social en el que se puede encontrar cómoda mucha gente que procede de diversos ámbitos de la izquierda. Queremos sumar en nuestra rebeldía contra este sistema injusto.