De piedra se quedaron algunos estudiantes ayer por la tarde cuando pretendían entrar en la biblioteca María Moliner de la Facultad de Filosofía y Letras y encontraron las puertas cerradas. Y es que desde las 15 horas, aproximadamente, se desalojó el recinto y se clausuró la entrada a todo el mundo.

El motivo que alegaron fuentes de la Universidad no es otro que «preservar el valioso patrimonio e incunables» que alberga el centro. Y es que aunque cuenta con personal de seguridad por lo visto no era suficiente ante una amenaza recibida por parte de algunos estudiantes de que «iban a quedarse dentro más tarde de la hora del cierre».

Ante esa advertencia, desde el vicerrectorado de Estudios y la dirección de la biblioteca universitaria tomaron la decisión de actuar cuando todavía estaba la zona con personal suficiente por si se producía algún incidente.

Se procedió a desalojar a los pocos usuarios de la biblioteca que en ese momento se encontraban allí: dos estudiantes en la planta baja y otro en la primera planta. Además, no había ningún investigador como suele ser habitual. El poco público que había fue uno de los motivos para tomar la decisión, probablemente, ya que hoy no es lectivo y la mayoría de estudiantes ya disfrutaban ayer por la tarde de horas libres. La reacción espontánea de los estudiantes fue organizar una sentada ante las puertas cerradas.

Objetos de valor/ La biblioteca María Moliner de la Facultad de Filosofía y Letras alberga algunas joyas de gran valor, que no podían exponerse a una falta de seguridad. Entre ellos 405 ejemplares incunables, manuscritos desde el siglo X o impresos del siglo XVI.

El horario de cierre habitual de la biblioteca es a las 21 horas. Hay una persona que se encarga de la seguridad, pero al ser ya víspera de día no lectivo, había poca gente en los alrededores y «poco ambiente de trabajo», como afirmaron fuentes del campus. Estas mismas fuentes manifestaron que no es la primera vez que ocurre algo similar y que estos casos «son muy delicados y hay que ir con mucho cuidado», insistiendo en el enorme valor de las colecciones y los fondos que hay en la biblioteca.

Aunque la decisión sorprendió a pocos usuarios, obligó a trasladar una celebración del Certámen del Cómic que iba a realizarse en el salón de actos y que finalmente se llevó a la Facultad de Educación.