Los teléfonos móviles se han convertido en un dispositivo de primer orden para la mayoría de los españoles y su uso ya forma parte de las rutinas de una gran parte de los habitantes del país. Sin embargo, no existe una concienciación adecuada a la hora de saber qué hacer cuando el terminal se sustituye o estropea. En ese sentido, se estima que en España hay más de 50 millones de móviles y que un 44% de ellos acaban guardados en un cajón. Con el fin de combatir esta circunstancia y, además, impulsar el empleo en personas con discapacidad, Atades y las empresas Koiki, Recyclia y Orange han creado TeloReciclo, iniciativa que ofrecerá a los zaragozanos -tras concertar una cita mediante su página web- que vayan a recoger los terminales viejos a la misma puerta del domicilio, o depositarlos en puntos de recogida. Estos se encuentran en instituciones públicas o privadas, como varias facultades de la Universidad de Zaragoza o las tiendas de Orange.

Pero el programa no solamente engloba esta dimensión social, sino que, además, resulta «totalmente sostenible» ya que «no se emplea ningún medio contaminante», explicó ayer el presidente de Atades, Jesús Soto. Este requisito se cumple al utilizar los mensajeros para desplazarse medios de transporte limpios: andando, en bici o en vehículo eléctrico.

Un respeto al medio ambiente que redunda a la hora de procesar los componentes de los móviles, aparatos que se consideran minas urbanas al contener elementos muy contaminantes como el litio o el coltán. No solo eso, también porque el 90% de sus piezas son reutilizables. Además, es un aparato «que tiene ese efecto tesoro, que es muy difícil hacerlo salir de ese cajón en el que se guarda», recalcó la responsable del área de empresas de Recyclia, Violeta Sánchez. «Este tipo de iniciativas hacen que residuos que normalmente no aparecen se pongan a disposición y se puedan gestionar adecuadamente», añadió.

De esta manera, el proyecto se encuadra en la denominada «economía circular», al reaprovechar los residuos de estos dispositivos en vez de tirarlos, explicó Cristina Urrutia, responsable de programas medioambientales de Orange, quien destacó el doble fin, por un lado social y por otro medioambiental, de la iniciativa.

La consejera de Innovación, Investigación y Universidad del Ejecutivo aragonés, Pilar Alegría, destacó que se trata de un «magnífico proyecto colaborativo» que incide en la «búsqueda real de una inclusión». Por último, resaltó el «papel fundamental» de las nuevas tecnologías a la hora de trabajar por la «igualdad de oportunidades».