A Germán Ferrer Marzola siempre le ha interesado la historia, en particular la de su pueblo, Belver de Cinca. Por eso, hace unos meses, cuando un pariente le comentó que tenía en su poder las memorias de un antepasado que murió fusilado en la cárcel de Torrero, después de la guerra civil, decidió sumergirse en ellas.

Resultó que Manuel Lozano Guillén, hermano de su bisabuelo, había sido comisario político de la Roja y Negra, una brigada formada por miembros del sindicato anarquista CNT, en la zona de Belver de Cinca. Apresado, Lozano fue trasladado a la prisión de las Capuchinas, en Barbastro, donde escribió unas memorias que anduvieron por desvanes hasta que Germán Ferrer las rescató del olvido.

"El libro se titulará Memorias de un fusilado anarcosindicalista, y se publicará en Navidad", explica Ferrer, que además de historiador es antropólogo y reside en su localidad de nacimiento. En la obra, Lozano relata las penalidades sufridas en su cautiverio y se defiende de las acusaciones que pesan sobre él y que le llevaron al paredón en la tapia del camposanto de Torrero. "Ahora, en un acto de justicia, su nombre figura en una de las placas del monumento a las víctimas del fascismo que se levantó el año pasado en el cementerio de Zaragoza", afirma Ferrer.

Obras anteriores

Pero no es esta la única obra sobre la guerra que ha salido del inquieto y polifacético Ferrer. Además, en fechas recientes ha presentado públicamente un libro que conversaciones con los más ancianos de la localidad de Belver en el que estos desgranan sus recuerdos de los años 30 y 40 del pasado siglo.

El líbro, acompañado de las fotos de sus protagonistas, emplea un tono muy directo, coloquial, con lo que consigue transmitir de forma emotiva las vivencias que tuvieron los entrevistados que aparecen, muchos de los cuales conocieron la persecución política y el exilio.

"Me pareció que la versión de los vencedores de la contienda civil ya está suficientemente divulgada y por eso me dediqué a busca el testimonio de quienes resultaron perdedores", comenta Ferrer. "En muchos casos, se trataba de una obra contrarreloj, pues muchos de los testigos son personas de edad muy avanzada y urge recoger sus opiniones y experiencias", subraya el autor de la publicación.