No ha pasado ni un mes desde que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, y el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, acordaran en Madrid la posible cesión de la avenida Cataluña y, sin todavía tener respuesta oficial ni debate entre los grupos municipales para saber si aceptan las condiciones preacordadas --1,3 millones de euros junto al cambio de titularidad--, ayer se impulsó la primera intervención para su reforma. El pasado fin de semana se conocía la autorización del ministerio para intervenir en ella y ayer el Gobierno municipal aprobó las primeras obras, con el objetivo de que puedan comenzar «el próximo otoño».

Se trata de ejecutar un proyecto que los técnicos del área de Infraestructuras ya han valorado en 777.099,76 euros como presupuesto base con el que salir a concurso y un plazo estimado de seis meses. Ya hay consignación presupuestaria, 500.000 euros este año y 300.000 en un plurianual para el 2018. Y el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) mete así este proyecto en la ventanilla de Contratación.

Los plazos de la tramitación administrativa, en este sentido, serán los que marquen el inicio de los trabajos, aunque es un proyecto prioritario y se le quiere imprimir la mayor celeridad posible. Una remodelación parcial de la avenida incluida en una primera fase de un proyecto global que vendrá cuando se produzca la cesión definitiva del Estado.

EL PROYECTO // El proyecto de remodelación parcial aprobado afecta a 345 metros de longitud, el tramo que discurre en la acera norte entre el puente de la línea del ferrocarril a Huesca y el número 253 de la avenida, a la altura de la calle Río Ara. Una intervención que, además, incluye la intersección con las calles perpendiculares (acceso a fincas y calle Castillo de Peracense).

El objetivo de esta actuación, que podría estar terminada en el primer semestre del 2018, es terminar con su apariencia de vía «interurbana». Eso se logra ampliando aceras, creando zonas verdes, garantizando la movilidad peatonal, nuevo mobiliario urbano y un carril bici unidireccional a cada lado de la calzada para la movilidad ciclista, con conexiones garantizadas en las paradas de autobús para primar el transporte público.

En concreto se propone la redefinición geométrica del viario, su pavimentación y la renovación de parte de las redes de abastecimiento de agua y de alcantarillado. Se define una sección tipo única con una calzada de 13 metros de anchura con dos carriles de entrada a la ciudad, un aparcamiento en línea. Mientras, la acera, cuando las obras finalicen, tendrá una anchura variable entre ocho y once metros y contará con zonas ajardinadas y alcorques.

Así, ZeC da luz verde definitiva al proyecto, tras resolver las alegaciones de Adif y obtener la autorización de Fomento para ocupar anticipadamente el vial.