Treinta y dos mujeres de la comarca de Calatayud con problemas de cáncer de mama han recibido esta Navidad un regalo hecho con mucho corazón. Se trata de unos cojines elaborados según la técnica del patchwork (a base de guata y retazos de tela) por las alumnas de la mercería Géminis, de la capital bilbilitana.

"La idea se le ocurrió a mi hermana, cuando vio en internet que, en el 2001, en un hospital de Tennessee, en Estados Unidos, varias mujeres le habían regalado una almohada solidaria a una enfermera que había sido operada por un problema oncológico", explicó ayer Magdalena Millán, dueña de Géminis.

Los cojines, de distintas telas y colores, los realizaron mujeres de todas las edades que aprenden a hacer trabajos de patchwork como una forma de aprovechar el tiempo y de desarrollar su creatividad.

"Es un regalo que demuestra a quien lo recibe que nos acordamos de ella y que tiene un lado práctico, pues está hecho de tal forma que se puede llevar debajo de la axila, protegiendo la zona que ha sido operada", señaló Millán, que insistió en los valores terapéuticos de los cojines, tanto por su forma como su textura.

La entrega de los cojines se llevó a cabo el pasado 23 de diciembre, a pacientes del hospital Ernest Lluch de Calatayud. "Las encargadas de la entrega fueron las médicas y las enfermeras, que nos dijeron que el regalo había sido muy bien acogido", comentó la responsable de Géminis.

Las alumnas de la mercería, que es también centro de labores, realizaron los cojines "con mucho mimo". Cada una de ellas puso su toque personal en la obra, que quedó cubierta con papel de celofán. En total, cada una de las pequeñas almohadas costó unos ocho euros.

Una técnica en auge

"Pensamos que lo importante no es el valor económico, sino la intención con la que se ha hecho cada uno de esos cojines, el afecto que demuestran hacia las mujeres que sufren cáncer de mama", indicó Millán.

En su centro se enseñan varios tipos de labores, desde encaje de bolillos a punto de cruz, "pero el patchwork está cogiendo mucho auge". "Lo bueno de esta técnica es que la alumna puede hacer una gran variedad de artículos, no solo colchas de retales", explicó la dueña de la mercería. Eso explica que muchas de las alumnas hagan bolsos, delantales y manteles, entre otras cosas.