La historia ha dejado su huella en todos los rincones de Uncastillo. Un paseo por sus calles y por su término municipal traslada al visitante a Roma, a la Hispania medieval o a la judería de los Reyes Católicos. Situada en el norte de la provincia de Zaragoza, en la villa se conservan numerosos referentes artísticos, siendo los más importantes el conjunto que forman las seis iglesias románicas emplazadas las de Santa María, San Martín y San Miguel en el núcleo principal de la población, al pie del castillo, mientras que las de San Juan, San Felices y San Lorenzo se hallan situadas al otro lado del río Cadenas, en su margen derecha.

Pero no es solo eso. Con las características del románico, en la zona, además de iglesias y ermitas, se pueden encontrar también castillos y torres fortificadas, de carácter militar y castrense. Al norte de la provincia de Zaragoza un cinturón de carácter defensivo, en el que destacan castillos ya casi derruidos como el Roita que todavía desafía a la gravedad, y otros de ellos incluso de factura musulmana, que muestran las disputas entre los reyes cristianos y los musulmanes en época medieval: las torres de Sibirana, en el término municipal de Uncastillo y el Castillo de Sora, en el monte de Castejón de Valdejasa.

Como se explica en la guía Arte en la provincia de Zaragoza, de la Diputación Provincial (DPZ), la primera mención a la fortaleza de Sibirana es muy antigua: nada menos que de finales del siglo IX, en el año 891, un miembro del poderoso linaje de los Banu Qasi, tomó el castillo con sus tropas, recuperándolo de las manos cristianas que se lo habían arrebatado. Tomado definitivamente por los cristianos en las primeras décadas de la centuria siguiente, las menciones de Sibirana en la documentación menudearán en los siglos X y XI. Sibirana mantuvo su actividad militar hasta mediados del siglo XII, cuando pasó a manos de Pedro López de Luna como responsable. Sibirana es el típico ejemplo de fortaleza de torre y recinto, tan difundida en toda Europa en aquellos años inestables.

Según explican los responsables de turismo de Uncastillo, la fortaleza en estos momentos no es visitable. Es una propiedad privada y lo angosto de su ubicación (sobre dos enormes rocas en las cercanías de las pozas del Pígalo) hace que solo se pueda acceder a los alrededores. En este caso es de lamentar el mal estado en el que se encuentra la pequeña ermita aledaña, en parte hundida.

En el centro

Ya en el término municipal de Uncastillo se encuentran las distintas iglesias románicas. La más importante de ella es la de Santa María, visitable dentro de las rutas guiadas que se organizan desde la oficina de turismo y abierta al culto con normalidad. Lo más importante de este templo es su portada, llena de músicos, acróbatas, saltimbanquis, rostros burlescos, monstruos y sátiros, sirenas, campesinos, sacamuelas, mercaderes, ovejas y carneros, bebedores y bailarinas. Un ejemplo magnífico de un tipo de representación habitual en el camino de Santiago que llegó bastante antes de lo habitual a Uncastillo gracias a la conexión de una de las familias más poderosas de la ciudad con el sur de Francia, según indican en servicio de cultura de la Diputación Provincial de Zaragoza. El edificio se consagró en 1155 y consta de una única nave con un ábside semicircular. Todo el conjunto es amplio y construido en recia piedra.

En Uncastillo también destaca el conjunto de Los Bañales. Aunque está en los alrededores de la población (es necesario el coche para llegar a él) la visita merece la pena, pues constituye uno de los enclaves romanos más importantes de la provincia. Según la citada guía de la DPZ, como yacimiento arqueológico, Los Bañales esconde los restos de una ciudad romana cuyo nombre no puede asegurarse, pero que debió ocupar una extensión de algo más de veinte hectáreas. De la citada ciudad solo ha sido estudiado con detalle su sistema hidráulico. Fueron precisamente las termas las que debieron dar nombre al lugar y a la antigua advocación de Nuestra Señora de Los Bañales, cuya ermita preside el área arqueológica. En la actualidad el acceso es libre (se han renovado los paneles informativos) y se puede realizar una visita guiada.