Como doy por supuesto que ustedes se han preguntado en numerosas ocasiones por la verosimilitud o grado de fiabilidad de las fuentes históricas, esas crónicas, tratados, testamentos, documentos con los que los historiadores nos han venido narrando, explicando el pasado, les voy a recomendar que lean "La oposición" (editorial Reino de Cordelia) el último libro de Alfonso Mateo--Sagasta.

Quien, reuniendo la doble condición de historiador y escritor de ficción, y habiendo destacado particularmente en el género de la novela histórica, se ha atrevido a exponer sus muy serias dudas sobre la veracidad de la historia, tal como la hemos leído o conocemos, defendiendo que en adelante la historia debería escribirse mirando mucho más al futuro que al pasado, girando por completo la visión de la especialidad y cambiando los cánones clásicos de la ciencia histórica.

Para ello, Mateo--Sagasta se vale de un relato divertido e interesante, muy ingenioso, que, a modo de parábola o fábula va evidenciando argumentalmente las lagunas de un tribunal de oposición frente a un aspirante a historiador profesional que cuestiona la objetividad todas las fuentes y la relatividad de todos los puntos de vista.

Uno a uno, los ejemplos que este particular opositor va utilizando, sobre la fundación del Reino de España, sobre lo que realmente pasó con la invasión de los árabes, en la II Guerra Mundial (¿hubo otras guerras civiles, paralelas, en Francia e Italia?), los romanos, los egipcios, los griegos, las Termópilas, los nazis, Napoleón o Winston Churchill (¿no dijo el célebre premier británico, y así lo hizo, que él mismo iba a encargarse de escribir personalmente la historia? van haciendo vacilar al severo jurado, al mismo tiempo que invitará a pensar a los lectores si no será verdad que todo lo que pasó es mentira, o que nos lo contaron de una manera sesgada.

El autor, por boca de su protagonista, defiende que la historia es cualquier cosa menos una ciencia exacta, que no hay nada más subjetivo que un libro de historia y que toda prospección histórica habla del presente a través del pasado.

Coincidente con estas tesis, Luis Alberto de Cuenca, prologista del volumen, opina que la historia es un género literario que no debe regirse en términos de verdad científica, sino de belleza artística.

Otra visión, otra historia.