El área de Cultura de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes inició su andadura a pie cambiado. La designación de Humberto Vadillo como director general de Cultura indignó al colectivo de artistas, a quienes había llamado titiriteros de forma despectiva antes de su nombramiento. Estas y otras manifestaciones contra las lenguas de Aragón llevaron a pedir su dimisión tanto por parte de los agentes culturales como por la oposición incluso antes de que tomase posesión de su cargo.

Sin embargo, aquel episodio quedó en mera anécdota ante una realidad mucho más cruda para el mundo cultural, como fueron los tremendos recortes de las ayudas al sector artístico y en materia de patrimonio, cifradas en un 56% en el primer año que el actual gobierno elaboró los presupuestos. Desde entonces poco se ha movido, como demuestra que en el presupuesto del 2015 aquellas cifras tan solo se han incrementado en 5.600 euros.

Algunas de las consecuencias más graves de estas limitaciones económicas se han visto reflejadas en el área de Patrimonio, cuyo responsable es Javier Callizo, donde ha desaparecido por completo el Plan General de Arqueología. Es decir, en los últimos años se han destinado cero euros a excavaciones arqueológicas. Eso sí, casi por obligación ha habido yacimientos que han recibido puntualmente ayudas para mantenimiento y conservación.

Pero sin duda la actuación que ha marcado la legislatura fue la adquisición por parte del Gobierno de Aragón de la colección de arte Circa XX, de Pilar Citoler, para dotar de fondos al Museo Pablo Serrano. El coste de la operación, 1.481.151 de euros a pagar en cuatro años, así como las dudas de algunos críticos de arte sobre la calidad de las obras, a pesar de contar con 1.204 piezas de autores como Picasso, Miró, Tàpies, Chillida o Le Corbusier, y la opacidad con la que se llevaron a cabo las negociaciones, levantaron las primeras críticas. Más cuando la política de la consejería era de austeridad y los recortes antes eran sangrantes para los artistas de base.

FAMILIA SERRANO

La compra de la colección Circa XX acarreó una nueva polémica, esta vez con la familia del escultor Pablo Serrano. Los herederos del artista plantearon llevar a los tribunales lo que consideraron una vulneración de los estatutos fundacionales del museo. Después de tirantes negociaciones, una vez más todo se resolvió por la vía pecuniaria, con la compra de varias obras de Serrano a la familia por parte del gobierno con un coste de 430.000 euros.

Es verdad que el Pablo Serrano ha acogido también una de las propuestas más positivas de la legislatura, como es el programa Impulso lateral, que ha permitido a los jóvenes artistas aragoneses exponer en este importante museo. Eso sí, con reservas, pues todos los gastos han corrido por cuenta de los autores, desde el transporte al montaje.

La legislatura ha terminado con grandes y también controvertido fuegos artificiales. La inauguración de la exposición Fernando II, el rey que imaginó España, que contó con los Reyes Felipe y Letizia, a pesar de reunir piezas extraordinarias, ha sido criticada por coincidir con la campaña electoral (puede verse en la Aljafería hasta el 7 de junio), por plantearse como respuesta a las manipulaciones históricas de Cataluña, por manipular a su vez la figura de Fernando el Católico como impulsor de la unión de los reinos españoles y por su alto coste, 1,5 millones de euros, un presupuesto, una vez más, desorbitado en comparación con la austeridad mostrada con otros proyectos.

Especial Elecciones 2015: el balance de las consejerías del GobiernoEspecial Elecciones 2015