El periodismo cultural se encuentra en crisis porque lo está el periodismo, y los problemas residen en el mismo lugar: en la influencia de las redes sociales, en los nuevos públicos y en su capacidad de comunicación. Un seminario en Zaragoza intentará hoy y mañana señalizar la ruta hacia el rescate.

"Critica y contracrítica. Comunicación cultural en España" es el título que agrupa las diferentes mesas redondas que durante dos días albergará el IAACC Pablo Serrano de la capital aragonesa, sede, por tanto, de un foro de discusión que quiere ser diagnóstico, pero también remedio.

Periodistas, catedráticos, poetas, divulgadores y cargos públicos se encargarán hasta mañana de encender las luces de alarma, y a la vez, de iluminar por dónde avanzar para encontrar soluciones. Por seguir con el símil del principio: la comunicación cultural está en crisis y urge el rescate.

Quizá el primer paso sea mirar hacia dentro. Es lo que han hecho en la sesión de la mañana el periodista Óscar López y la crítica de cine Desirée de Fez.

Él es director del programa "Página 2" que emite TVE, así que trabaja a diario con la oferta literaria y con la obligación de contar cómo es esa oferta, lo que le ha llevado a apostar por un espacio televisivo de cuidado formato, moderna realización y meditadas localizaciones.

Como ponente de la mesa "Crítica y comunicación cultural", que además de con Fez, ha compartido con los críticos radiofónicos Javier Lostalé y Javier Losilla, ambos en RNE, López ha achacado la crisis del periodismo cultural a un factor externo, "estamos en medio de la transición de lo analógico a lo digital y parece que todo se tiene que transformar", ha dicho, y a otro interno.

A su juicio, es probable que se haya abusado en los medios de un tipo de crítica especializada, sólo asimilable por los entendidos; o quizás la crítica se ha dejado llevar por la presión de las empresas culturales; o puede que, en general, se haya hecho demasiada crítica y el público esté ahora saturado.

Son preguntas que ha lanzado a la audiencia durante su conferencia. Para López, en cualquier caso, hay solución; se ha declarado optimista.

Desirée de Fez ha relatado una experiencia personal: ella misma, hace años, atravesó una crisis porque se dio cuenta de que sus críticas no funcionaban, por lo que empezó a ver en riesgo su trabajo. Pese a ello, cuestionó que tras 20 años en las páginas de varias publicaciones, le dijeran cómo escribir.

El tiempo le permitió entender que esos que le decían de qué manera hacer su trabajo tenían razón. "Porque el sector ha cambiado en todo; han cambiado los canales de comunicación y ha cambiado el público al que llegas, incluso ha cambiado el modo de hacer películas", ha dicho en el seminario.

De Fez es exponente de una clase de crítica que busca una audiencia amplia, según ha explicado, y probablemente por ello, aboga por la autocrítica en el sector. Ella la hizo y no le ha ido mal a pesar de sobrevivir en un mundo, el de la comunicación cultural, anestesiado por la crisis y en el que es "muy difícil llegar a final de mes".

Es necesario, por consiguiente, revisar el papel de los críticos y de los medios en los que escriben o hablan esos mismos críticos.

Para Lostalé, el objetivo ha de ser siempre "el fomento de la lectura", el cual no pierde de vista en cada uno de sus programas.

Fomentar lectura. Fomentar la cultura. Es la clave, como ha quedado claro en esta primera jornada del seminario. Ahora bien, ¿qué hacen las administraciones al respecto?

El director general de Cultura y Turismo de La Rioja, Eduardo Rodríguez Osés, ha destacado que su propósito, por encima de todo, es desplegar por la comunidad autónoma una cultura "inclusiva y accesible" y que, además, se extienda como una red.

"En este siglo XXI, la cultura, desde lo público, necesita a los agentes privados", ha señalado antes de situar el acento en la importancia de la comunicación y de todas sus variantes actuales, pues tan importantes como los medios tradicionales, son ya las redes sociales.

Esa malla comunicativa es la que maneja el Instituto Cervantes cuando transporta a países extranjeros a artistas nacionales. Tal y como ha explicado su director de Cultura, Martín López-Vega, se trata de establecer contacto con agentes locales, de modo que contagien su público a esa nueva escritora española de visita en la ciudad o a esa joven banda pop en busca de promotor.

El director de Cultura del Gobierno de Aragón, Nacho Escuín, ha hecho hincapié en las relaciones con los medios de comunicación y en lo que le "preocupa" (ha dicho irónicamente) que las iniciativas de su Departamento alcancen su atención e interés.

Autocrítica, contactos en red... Son posiblemente las vías que hay que seguir para salir de la crisis en el sector. Falta ver cómo moverse en el laberíntico mundo de Internet.

La profesora de la Universidad de Sevilla Remedios Zafra, último premio Anagrama de ensayo por "El entusiasmo", una radiografía de la precariedad en la era digital, ha elogiado la "democratización" cultural que ha acarreado el universo de las web, pues hoy "muchos escriben para muchos" cuando ni en los 70, 80 ó 90 ocurrió algo semejante. Entonces "unos pocos escribían para muchos", ha dicho.

Pero Internet, también, nos ha colocado delante de un mundo en el que se diluye la frontera entre lo público y lo privado.

Zafra, participante en la mesa "Era digital versus Galaxia Gutenberg" al lado del periodista de "Heraldo" Antón Castro y del profesor Fran G. Matute, ha dirigido la recuperación de la crisis hacia las humanidades, algo que pide también un filósofo de la talla de Emilio Lledó, como ha recordado Lostalé.

La filosofía, el arte de pensar, la reflexión, la pausa... En la quietud, a lo mejor, está la solución.

Mientras llega, los periodistas culturales seguirán reclamando su espacio, que no es menor en este momento de la historia, veloz y vertiginoso.