Tomar conciencia de la responsabilidad es el primer paso para los condenados por violencia machista que participan en el programa de rehabilitación vasco Gakoa, que se aplica como medida alternativa a la prisión para personas con una condena menor a dos años y que no tienen antecedentes penales.

"Una vez que hemos trabajado la responsabilidad podemos ampliar un poco más y trabajar otros aspectos como los sentimientos, las emociones, los roles de género o las distorsiones cognitivas", explica el coordinador del programa Gakoa del Servicio Vasco de Gestión de Penas, Jorge Freudenthal, que comparte hoy su experiencia en un foro en Zaragoza.

El psicólogo y terapeuta es el invitado del Observatorio de Violencia Familiar de la Fundación para la Atención Integral del Menor (FAIM), que analiza las diferentes conductas agresivas que se producen en el entorno de la familia y que se centra en esta ocasión en la violencia de género y el trabajo que se realiza con los agresores.

Un ejemplo es el programa de Gobierno Vasco Gakoa, que funciona desde el 2005 trabajando con los agresores en tres fases: la acogida de los condenados derivados de los juzgados, la evaluación y terapia de forma individual o en grupo y un posterior seguimiento.

Aunque los casos son muy diferentes, existe un patrón común: la cultura patriarcal, señala el experto. "La violencia de género es una expresión del patriarcado, igual que tenemos otras expresiones como pueden ser la diferencia salarial, el techo de cristal, la discriminación, los estereotipos o los roles de género", detalla.

Por eso, durante el proceso se busca "desmontar el tramado ideológico que sustenta la violencia". "Una vez allí, vamos asentando e intentando anclar los cambios para que sean duraderos y permanezcan en el tiempo", continúa el coordinador del programa.

Y es que el objetivo de todo este proceso es que los condenados no reincidan y no cometan más violencia en el futuro. De allí la necesidad para el psicólogo de trabajar con hombres, "porque si no estaríamos dejando fuera una parte muy importante".

"Abordar la violencia de género sin abordar la problemática de los hombres sería un error de base y no podríamos mejorar en los aspectos de violencia de género y en la protección de las mujeres", considera.

Una de las etapas con más peso en el programa Gakoa es el trabajo en los grupos, abiertos y semiestructurados, donde los psicólogos abarcan el conflicto desde una "perspectiva humanista" y se centran en "el día a día, en la persona y las situaciones y circunstancias que se van dando".

"Algunas personas llegan con unos niveles de ansiedad bastante altos, la situación es difícil, nunca han pasado por situaciones parecidas y el ver que otras personas también están en esta situación tiende a ayudar", explica.

Eso sí, aclara el psicólogo, nunca a empatizar con la violencia ni a ver que otras personas han violentado a sus parejas o exparejas, pero sí a la situación que están viviendo a nivel judicial y terapéutico.

Al final del proceso, Freudenthal concluye que existe un éxito "relativamente bueno", aunque reconoce que "no es total", puesto que con algunas personas hay un éxito moderado y con otras no se alcanzan todos los objetivos del programa.

"El objetivo es que en la medida que vamos avanzando no reincidan y no cometan más violencia ni con sus parejas ni con los hijos e hijas que podrían tener", concluye el psicólogo protagonista hoy de la reunión del Observatorio de Violencia Intrafamiliar.

Una reunión que se centra en la violencia de género, puesto que en la fundación organizadora de atención al menor han detectado diferentes niveles de conflicto y diferentes tipos de violencia en los hogares de niños y niñas agresores, explica su gerente, Pedro Coduras.

En un porcentaje alto de casos de violencia filio-parental se ha producido un aprendizaje social en la familia, no exclusivamente en lo que se refiere a la violencia de género, sino también por la resolución inadecuada de conflictos, explica el gerente.

Así, profesionales de la educación, sanidad, acción social o de los cuerpos de seguridad se reúnen hoy en este foro para intentar actuar adecuadamente ante una violencia ante la cual, coinciden el coordinador del programa y el gerente de FAIM, uno de los principales pasos para poder mejorar es la prevención.