Karoly Schmolka llegó hace diez años a Zaragoza para trabajar en la construcción, y sin razón aparente, como en tantos casos de desaparición, su familia le perdió el rastro. Tras una década de ausencia, en la que incluso se le había dado oficialmente por muerto, el hombre, hoy de 40 años, ha resucitado para sus parientes, en gran medida gracias al buen hacer de la Policía Local de Barbate, que no solo se encargó de identificarle sino de las gestiones necesarias para que volviese a la localidad rumana de Cluj-Napoca, con sus padres. El jungla, como le apodaban los vecinos de la localidad gaditana que le veían vagabundear, está desde el domingo con los suyos.

Según informó la Policía Local de Barbate a través de su página de Facebook, fueron los vecinos de la zona, que le habían puesto el apodo tras verlo largo tiempo en la zona de Los caños de Meca y Zahora, según medios gaditanos, quienes dieron aviso de su situación. Mitad quejosos porque desperdigase basura al hurgar en los contenedores, mitad apiadados de su «extrema indigencia», dieron parte a la Policía Local de Barbate.

La Jefatura se preocupó por la situación del indigente y no solo trató de identificarle, ya que no llevaba documentación y tenía aparentes problemas mentales, sino que realizó gestiones con el Consulado de Rumanía en Sevilla para contactar con su familia, quien expresó su deseo de que regresara con ellos. Mientras, en colaboración con el ayuntamiento, los servicios sociales, Bomberos y la Guardia Civil, se encargaron del aseo y cuidado de Chmolka, y varios integrantes del cuerpo le trasladaron el sábado al aeropuerto de Málaga, desde donde voló a su ciudad nata. La familia con la que habían contactado certificó el domingo, mediante una fotografía, que El jungla ya está con los suyos.