La fundición de Averly ayer vivió el enésimo enfrentamiento entre la Asociación Pública en Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa) y la constructora que quiere levantar 200 pisos en los suelos donde no hay inmuebles catalogados por Patrimonio. Todo partió a raíz de una denuncia de la primera a la Policía Local alertando de que se había iniciado la demolición en una de las naves cuando todavía no se le ha concedido la licencia urbanística para hacerlo. Los agentes acudieron al lugar y constataron que la única actividad que se estaba realizando en la zona era el movimiento de camiones que estaban sacando materiales del interior. Es decir, bienes muebles de propiedad privada.

"Se ha comprobado que nadie estaba haciendo ningún derribo", afirmaron fuentes municipales. No en vano, nadie comprueba si en estos momentos se están sacando materiales o productos de Averly que Patrimonio también decidió catalogar.