Los caudales de los ríos pirenaicos se acercaron ayer a la normalidad tras la alerta de las últimas jornadas provocada por las fuertes tormentas tanto en los recorridos como en las cabeceras. A última hora de la tarde los niveles del río Cinca a su paso por Fraga marcaban 360 metros cúbicos tras haber dejado un máximo de 444 durante el mediodía. También el Alcanadre y el Ésera volvieron a sus niveles habituales.

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) destacó que ninguno de estos ríos se salió de sus cauces provocando daños en viviendas o cosechas gracias a la planificación que permite realizar el sistema de planificación automática (SAIHEbro).

Los pantanos en la cabecera han podido controlar esta avenida que desde el primer momento fue calificada como ordinaria. En todo caso, en Fraga se esperaban aforos de casi 900 metros cúbicos que se han quedado muy lejos de la realidad. Sin embargo, a las 13.00 horas se llegó a marcar un pico de casi 3,20 metros a su paso por el casco urbano. Como medidas de seguridad durante la tarde permanecieron cerrados los accesos al parque Fluvial, la Badina y el azud de pescadores. Además se pidió que no se transitara por las orillas del río.

normalidad / En otras zonas de la provincia de Huesca los caudales mantuvieron una tendencia positiva y poco a poco vuelven a la normalidad, con la excepción del Sosa a su paso por Monzón que estaba en niveles de aviso a pesar de no haber provocado daños.

El Alcanadre en la estación de medición de Ballobar marcó 73 metros cúbicos frente a los casi 90 que alcanzó durante la mañana. Un evolución parecida a la del río Ésera en Graus que ha bajado de los 220 metros cúbicos de la jornada del domingo a los 78 que registraba ayer.

La CHE destacó que estas cifras se han marcado gracias a la labor de contención realizada con presas como las de El Grado y Mediano. En los próximos días es posible que se repitan estos episodios de alerta a causa del deshielo.