La ceremonia de nombramiento del nuevo arzobispo de Zaragoza se prolongó durante unas tres horas y en ella intervinieron todos los estamentos relacionados con la Iglesia. Comenzó en la Seo, donde Jiménez llegó, a las 16.30 horas, desde el vecino palacio arzobispal. A las puertas saludó a la corporación municipal, se incorporó a la procesión hasta el altar mayor y juró el cargo, prometiendo "guardar la inmunidad de la Iglesia cesaraugustana y mantener y defender los privilegios, la libertad (...) y las loables costumbres de dicha Iglesia". Acto seguido la comitiva se dirigió a la basílica del Pilar, donde fue recibida por el resto de autoridades políticas y de las fuerzas de seguridad.

Ya en el interior del templo, y en medio de una gran agitación de fieles, organizadores y prensa, el arzobispo besó la imagen de la virgen del Pilar y se dirigió luego al altar mayor, precedido por todas las autoridades eclesiásticas. Antes del momento de su nombramiento oficial intervinieron el nuncio Enzo Fratini y el administrador diocesano, Manuel Almor, en una liturgia y misa en la que también recibió el cariño de presbíteros, religiosos y seglares.