Hace un año que el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC), nada más tomar posesión, paralizó el convenio para ceder durante 75 años La Romareda al Real Zaragoza y así afrontar una remodelación integral del estadio. En su día, porque rechazaban la fórmula de financiar una remodelación que, doce meses después, sigue estancada y sin el debate político abierto. El último argumento dado por el responsable de Urbanismo, Pablo Muñoz, porque hacía falta hacer un diagnóstico general de su estado de conservación actual. Un estudio que se adjudicó por 17.000 euros y que acaba de concluir que el campo presenta deficiencias y un deterioro importante y urgente que debe ser subsanado por seguridad.

Un completo documento que se dio a conocer ayer. Y no por ZeC, sino por Chunta, que aprovechó la ocasión para exigirle al Gobierno de Pedro Santisteve que no demore más el debate sobre una reforma integral que los nacionalistas ya impulsaron en el 2006 y que paralizaron el PP y el PAR el primer día de obras. Diez años después, le dicen a los responsables de la gestión que ya vale de "excusas".

PROBLEMAS SERIOS "Los debates, aunque se metan en el cajón, no desaparecen", recriminó Leticia Crespo, concejala nacionalista en el Ayuntamiento de Zaragoza, que esgrimió junto al portavoz, Carmelo Asensio, las múltiples conclusiones que aporta este valioso documento. Entre ellas, el grado de corrosión existente que "se acelera en zonas de mayor penetración de humedad", la "reducción del recubrimiento de hormigón alrededor de las armaduras pasivas que produce desconches en vigas y pilares generando pérdidas de sección estructural"; y la "degradación en la zona de apoyo de la placa de anclaje de la celosía de la cubierta".

Son daños de consideración que urgen una reparación exhaustiva y que afectan a zonas especialmente sensibles en cuanto a la seguridad de los usuarios del estadio. La cubierta, los pilares, las vigas y, por si fuera poco, la cimentación, de la que dice que presenta patologías que conviene analizar más en profundidad pero que no se ha hecho porque es "un trabajo adicional que escapa al presente informe".

El estudio son más de 300 páginas con explicaciones técnicas apoyadas con abundantes fotografías que evidencian lo que todos los zaragocistas pueden ver desde hace años al acceder al estadio, en la grada o desde la calle. Porque el recinto acumula problemas de humedades, filtraciones que han hecho mella en la estructura y el hormigón, y hasta corrosión y deficiciencias de anclaje en la cubierta, los pilares y las vigas, entre otros.

No hay tiempo para esperar, afirmaron Asensio y Crespo, que llevarán el debate al pleno del próximo viernes para que, un año después, se discuta sobre la remodelación del estadio. Instaron a ZeC a que recupere el diálogo y siente a la mesa a la oposición, al club, a la Federación Aragonesa de Fútbol y a todas las partes implicadas para impulsar una reforma integral que no le cueste "ni un euro a la ciudad". Que rescate el convenio de cesión aprobado en mayo del 2015 y revise las condiciones si lo desea, el número de años, el canon o la explotación de nuevas zonas comerciales, pero que no lo siga teniendo en un cajón. No con este demoledor diagnóstico sobre su estado.

"Ha pasado un año sin que sepamos qué quiere hacer el Gobierno de ZeC con La Romareda. Y ya tenemos el estudio que resume bien el estado de preocupación y las mejoras que necesita de forma urgente y a corto plazo", explicó Asensio. El nacionalista apeló al consenso para dar con la solución definitiva: qué hacer y cómo financiarlo.