Si el embalse de Yesa se rompiera, el 80% del municipio navarro de Sangüesa se vería cubierto por 40 metros de agua en 20 minutos, Gallipienzo, poco después, y hasta Caparrós llegaría una avalancha de cinco metros de altura en unas seis horas. Los efectos de la avenida se dejarían sentir hasta Tudela, que recibiría un caudal entre dos y tres veces superior a la peor riada que ha registrado desde que hay datos.

Son algunas de las lecturas de la simulación que el geólogo de la Universidad de Zaragoza Antonio Casas, en colaboración con Carlos Revuelto, de la consultora Geoscan, han realizado a petición de diversos colectivos como Yesa No, la asociación Río Aragón o la fundación Nueva Cultura del Agua. Un nuevo aviso sobre la posible catástrofe, nada extraño en Casas, ferviente detractor del embalse, más aún del recrecimiento que se anuncia. Pero apoyado en datos, aún "sesgados", de la propia Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

HACIA ARRIBA Según explica Casas, la CHE, que "sigue diciendo que el movimiento no es preocupante", se niega a proporcionar a las asociaciones datos sobre los desplazamientos de la ladera y la pared de la presa. Sí han recibido algunos del alcalde de Sangüesa, aunque "muy sesgados", ya que se refieren solo al eje de la altura, sin el de la anchura ni el de la profundidad.

En cualquier dato, "los datos nuevos son muy raros", explica Casas, porque si el movimiento de la presa iba hasta ahora hacia abajo, arrastrado por el deslizamiento de la ladera --aunque fuese cada vez menor--, ahora son "hacia arriba", lo que indicaría que la presa se mueve por su cuenta. "El presidente de la CHE (Xavier de Pedro) los achaca a errores", asegura el geólogo.

Con estos nuevos datos, teniendo en cuenta las características del terreno --por ejemplo, los desfiladeros que mantendrían la altura de la ola-- y utilizando el sistema de simulación de Obras Públicas Cedex, Casas y Revuelto han realizado esta simulación, que puede verse en Youtube.

Según lo describe el profesor, el panorama para Sangüesa y aguas abajo sería desolador, sobre todo porque "inundaría el polígono industrial, con balsas de productos químicos". A sus propios creadores les ha sorprendido "la rapidez con la que avanzaría el agua", según los datos del programa informático. Y al desastre habría que añadirle los daños por elementos difícilmente computables, como el arrastre de coches o construcciones.