Lo malo del circo institucional aragonés es que no se supo gastar cuando había dinero y tampoco se sabe ahorrar, ahora que vienen las vacas flacas. El origen del problema es el mismo: no se sabe cuál es nuestra meta, a dónde vamos, qué queremos ser de mayores. Carentes de auténticos planes a medio y largo plazo (que no sean las rutinas habituales como la improbable Travesía Central del Pirineo, los inútiles pantanos y la inalcanzable recuperación de la construcción de viviendas como motor de la economía), los jefes viven a salto de mata. A la postre, Luisa Fernanda Rudi no deja ser una especie de Marcelino Iglesias, sólo que sin dinero y sin el buen rollito que se gastaba éste. Desde luego el que fuera prudente presidente jamás se hubiera metido a pisar los callos de Aragón entero con la indiferencia y la inconsciencia que se gasta la actual doña.

La ceguera estratégica se percibe en el conservadurismo barato de los dirigentes empresariales, en la perfecta mediocridad de los líderes sindicales y en personajes como el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, que lleva lustros con los ojos vendados tirando pelotazos a las cucañas y a ver si llueven caramelos. La evidencia de hasta qué punto caminamos sin rumbo está en el papel del PAR como hilo conductor de una era marcada por el oportunismo y las martingalas.

No hay pasta, digo. Normal, si tenemos en cuenta el desmadre habido y por haber. Vean la factura de los últimos días: dinero para tapar el agujero de PlaZa, dinero para hacer lo propio con el ídem de Aramón, diez millones de euros que ha costado el plan Red sin echar un solo de gramo de asfalto sobre carretera alguna (y el actual diputado regionalista Antonio Ruspira, padre del susodicho plan, viendo tranquilamente los toros desde la barrera), otros siete millones que han de irse en indemnizaciones a La Ambulancia Azul por irregularidades en la adjudicación de servicios que perjudicó a dicha empresa en beneficio de Ambuibérica (un tema feo donde los haya que los tribunales han zanjado condenando al Gobierno aragonés), una cantidad indeterminada (pero enorme) que va por cuenta del fracaso del cacareado plan de depuradoras (otro asunto PAR)... Por supuesto son temas que vienen coleando desde legislaturas anteriores, pero en todos ellos el PP o sus coaligados del Partido Aragónes tuvieron que ver en el pasado y siguen teniendo que ver en el presente. ¡Pero si el anterior responsable máximo de Aramón, Francisco Bono, es ahora consejero de Economía del Ejecutivo autónomo!

Así andamos, de la sartén al fuego. Eso sí, vamos a recortar en educación, en Universidad, en sanidad, en servicios sociales. ¡Y encima ésta es una de las comunidades españolas que más apañadas tiene las cuentas! Dan ganas de echar a correr.