El Gobierno de Aragón se propone unir las estaciones de esquí del valle del Aragón con Formigal, un ambicioso plan que cuenta con partidarios y detractores pero que no dispone del dinero necesario (unos 60 millones) y sitúa además la obra en una perspectiva de 10 años. Y ello pese a que en el 2013 la presidenta de la comunidad, Luisa Fernanda Rudi, se atrevió a afirmar que las obras podrían empezar dentro de ese mismo ejercicio.

Por este doble motivo, el acto celebrado ayer en Canfranc, en la estación internacional, más que una presentación del proyecto constituyó un intento de relanzar una iniciativa que se topa con graves dificultades antes incluso de colocar la primera piedra. Una de ellas, y no la menor, sería encontrar socios privados interesados en el plan en una época de crisis económica.

En el encuentro estuvieron presentes, además de la responsable del Ejecutivo, el presidente de las Cortes, José Ángel Biel, y los consejeros de Presidencia, Roberto Bermúdez de Castro, Obras Públicas, Rafael Fernández de Alarcón, y Política Territorial, Antonio Suárez.

DOMINIO ESQUIABLE

El proyecto prevé desarrollar un dominio esquiable de unos 220 kilómetros mediante infraestructura de transporte por cable para unir Astún, Candanchú y Formigal y la utilización de la estación de Canfranc como punto de salida hacia las pistas de esquí.

Según explicó Rudi, el objetivo de la iniciativa es dinamizar el desarrollo socioeconómico de la zona y conseguir que los esquiadores de fin de semana "pasen a ser de semana completa".

El contenido del plan, que se someterá ahora a un periodo de información pública, contempla llevar a cabo la unión de las estaciones pirenaicas a través del collado de Canal Roya, la opción más viable a nivel medioambiental y a su mayor impacto económico en la zona.

Sin embargo, esta alternativa cuenta con una fuerte oposición ecologista, dado que existe un gran temor a los efectos negativos del remonte que una finalmente las pistas de uno y otro valle y a que se aproveche este enlace para la especulación urbanística, como expresó ayer Izquierda Unida.

La unión de las estaciones y su conexión con un aparcamiento en Rioseta y la estación internacional de Canfranc se proyecta realizar en cuatro fases, la primera de las cuales contempla comunicar Formigal y Astún mediante un telecabina o un telesilla que recorrería 3,8 kilómetros.

La segunda fase prevé enlazar las estaciones de Astún y Candanchú con un remonte de cable aéreo de unos tres kilómetros de longitud. El siguiente paso permitiría unir Candanchú y el aparcamiento proyectado en Rioseta con un remonte de 1,4 kilómetros, mientras que la cuarta fase ligaría esta infraestructura con la estación de Canfranc a través de otro remonte de 2,7 kilómetros. El objetivo sería lograr 1,1 millones de esquiadores por temporada.